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'Gay' y negros imparten cursos de conducta a la policía en Brasil

Río de Janeiro intenta 'culturizar' sus fuerzas

Juan Arias

El progresista gobernador del Estado de Río de Janeiro, Antony Garotinho, ha creado un plan para culturizar a la policía estatal, una de las más violentas de Latinoamérica, en el que se incluyen cursos de comportamiento cívico y humano a cargo de homosexuales y negros, las víctimas más frecuentes del vandalismo policial carioca. Garotinho se ha revelado, desde que ganara las elecciones estatales el año pasado, como un vehemente defensor de las minorías, especialmente de los miles de mujeres y niños abandonados que malviven en las calles de Río de Janeiro. La disminución de la violencia fue uno de los puntos principales de la campaña electoral de Garotinho, especialmente la que practican las fuerzas policiales frente a las minorías. La policía cerraba los ojos en ocasiones ante estos actos, si es que ella misma no fomentaba dicha violencia con su comportamiento racista.

"¿Quién mejor que los representantes de las asociaciones de dichas minorías podrían concienciar a la policía?", se preguntó Garotinho. Y dicho y hecho. Gays y negros están dando cursos de varias semanas a los colectivos de la policía para hacerles comprender que dichas minorías perseguidas son, por el contrario, las que mayor protección merecen.

Sargento arrepentido

Los cursos se imparten en Río de Janeiro todos los miércoles a grupos de 150 policías cada uno, en el cuartel general de la policía. El invitado de mayor impacto hasta ahora ha sido Claudio Nascimento, presidente de la Asociación Brasileña de Gays, Lésbianas y Travestis. Nascimento cuenta que la respuesta ha sido impresionantemente positiva. "Un sargento vino a hablar conmigo después del curso, y me confesó que estaba arrepentido de haber echado de casa a un hijo suyo gay", ha dicho Nascimento. El gobernador está buscando para impartir estos cursos a gays y negros muy preparados culturalmente, sobre todo en las universidades. Y la policía, que en un principio había recibido con recelo y hasta repulsa la iniciativa, ahora está incluso interesándose en el asunto. La antropóloga Ilana Strozenberg, que coordina los estudios de racismo y feminismo de la Universidad Federal de Río de Janeiro, ha comentado que la iniciativa del gobernador ha sido "una sorpresa", sobre todo porque Garotinho es un miembro practicante de la Iglesia Evangélica, "y esperábamos de él un comportamiento más conservador en estas materias".

Garotinho -que pocos días antes de jurar su cargo se internó en un spa de San Pablo, donde perdió cinco kilos en nueve días- tiene nueve hijos: cuatro propios y cinco adoptados a quienes recogió de la calle, donde vivían abandonados. Seguramente habrá pesado en su decisión saber que los jueces brasileños suelen ser más benévolos en los tribunales con los asesinos de niños que con los de adultos: en Brasil existe la terrible idea de que es preferible que un niño con inclinaciones a la violencia no llegue a adulto, para proteger así a la "sociedad del futuro".

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