Invitados de primera, recepción de segunda
La Casa de la Villa fue el escenario de la jornada de gala. La sesión constitutiva del Ayuntamiento llenó casi al completo el luminoso salón de plenos. Los 400 asistentes, entre los que predominaban gentes conservadoras, acudieron al evento bien trajeados, y las damas, con atuendos veraniegos, de colores vivos o claros. La excepción: unos congregados asistieron en pijama; eran vecinos del barrio de la Alameda de Osuna, junto a Barajas, que, con estas vestimentas y una cinta grabada con sonido de sobrevuelos aéreos, mostraban su valoración de la vecindad aeroportuaria en la misma puerta de acceso al Ayuntamiento. Dentro, por primera vez en una investidura municipal, dos maceras (siempre hubo maceros), frente a invitados de primera en la bancada preferente de la tribuna: Rodrigo Rato, vicepresidente del Gobierno, reservado y cortés; el presidente del Consejo de Estado, Íñigo Cavero; la ministra de Justicia, Mariscal de Gante; el delegado del Gobierno en Madrid, Núñez Morgades; parlamentarios europeos, Loyola de Palacio y Alonso Puerta; jerarcas del PP, como Pío García-Escudero; consejero y futuro vicepresidente de la Comunidad Autónoma, Luis Eduardo Cortés; concejales salientes, como Ignacio Echevarría... Todos ellos acudieron a arropar al protagonista de la jornada, José María Álvarez del Manzano, "el alcalde de Madrid que más ha permanecido en su cargo durante este siglo", según el futuro primer teniente de alcalde y hombre fuerte de la nueva situación, Juan Antonio Gómez-Angulo, corbata anaranjada, ademanes seguros.
Con muletas
Sonrisa y sorpresa en el rostro de Mercedes de la Merced, dama también muy fuerte del nuevo equipo municipal del PP. Actitud atenta de Cristina Narbona, del grupo municipal PSOE-Progresistas, que lucía una vistosa chaqueta roja con lunares blancos: "Como la amanita muscaria, la más bella y venenosa de las setas", comentó malévolamente una invitada conservadora. También en las filas socialistas-progresistas se acomodaron Isabel Vilallonga, con traje y minifalda beige y pelo rojizo de peluquería muy reciente; Eugenio Morales, con su bigote blanco a modo de acento circunflejo sobre su sonrisa; la reelecta Ruth Porta, de gris elegante, y Patrocinio de las Heras, que acudió con muletas por una reciente lesión; más las debutantes Marta Rodríguez-Tarduchi, algo azarada en su primera jornada como concejal, y Silvia Escobar, vestida muy de blanco. La mesa de edad fue presidida por Morán, el político más veterano, quien, paradójicamente, dió por conformada la Corporación con un lapsus: "El alcalde, José María Álvarez del Hierro...", dijo, para rectificar inmediatamente. Su esposa, Mari Luz Calvo-Sotelo, no asistió. La mitad de los invitados siguió a través de una pantalla gigante la investidura en el Salón de Cristales, a unos 30 grados. No hubo vino. Agua, tampoco.
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