Los hijos del perdón
Al profesor universitario argelino Ahmed Ziani le descerrajaron dos cartuchos con una escopeta recortada en pleno vientre. A su lado, Farida aún sigue llorando a su hijo, un policía acribillado a tiros a las afueras de Argel "La verdad es que Buteflika va demasiado rápido, pero él quiere ser el presidente de todos los argelinos", asegura Zohra Flici, presidenta de la Asociación Nacional de Familiares de Víctimas del Terrorismo. Los archivos de su organización, que dice agrupar a un millón de familias, elevan a 120.000 el número de muertos en acciones violentas durante los últimos siete años. "Nosotros no podemos perdonar, nuestro futuro está marcado por el pasado, pero nuestros hijos tienen derecho a tener un futuro de paz", argumenta Flici su apoyo a las medidas anunciadas por el presidente. Más de la mitad de los 30 millones de argelinos, no ha cumplido los 25 años.
El marido de la presidente de la asociación, un médico de la alcazaba de Argel, fue asesinado en 1993 dentro de su propia consulta por un integrista que se había hecho pasar por un paciente. Desde entonces Zohra Flici, tiene que ocuparse en solitario de sus cinco hijos.
Precisamente una de las principales medidas de reconciliación planteadas por Buteflika es la concesión de ayudas económicas para los familiares de víctimas de la violencia, entre los que se incluirían, según en el primer borrador del proyecto de ley de concordia civil, con algún tipo de asistencia estatal los huérfanos y viudas de guerrilleros integristas abatidos por las fuerzas de seguridad. "Los familiares de quienes han dado su vida por la República no podemos aceptar que se nos trate en pie de igualdad con los de los terroristas", advierte Flici. "No queremos que el peso de la reconciliación caiga sólo sobre nuestras espaldas".
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