La inexistente locomotora rusa
Rusia absorbió en 1997 cerca del 10% de las exportaciones búlgaras y polacas, el 5% de las húngaras y el 4% de las exportaciones de cada uno de los países de la región. A finales de 1998, cada país del centro y este europeos había perdido una cuota de dos puntos porcentuales sobre sus exportaciones al mercado ruso en comparación al año anterior. Estas cifras ilustran que nada se puede esperar de Rusia como motor económico de la región justo detrás de Alemania.
Los expertos del WIIW y otros participantes en el Foro recalcaron que la inestabilidad política rusa impedirá que se tomen en este país importantes iniciativas macroeconómicas, como la reestructuración de la deuda, antes de las elecciones generales.
En su intervención en el Foro, Serguéi Stepashin, el primer ministro ruso, aseguró "que Rusia no volverá a antes de 1989 ni tampoco a la situación que el 17 de agosto de 1998 obligó al Gobierno [de su país] a devaluar drásticamente la moneda (...)". "La caída del rublo fue un golpe muy duro a la economía, la moral y la política del país, de la cual ahora nos estamos comenzando a recuperar", dijo Stepashin.
El multimillonario norteamericano de origen húngaro George Soros, que intervino en la primera de las tres jornadas del Foro, dijo irónicamente que había visto mejor a Rusia durante su última visita a finales del mes pasado, sobre todo porque "no están pagando la deuda externa". Reconoció, no obstante, que el alza de los precios del petróleo ayudará a la recuperación económica del país.
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