Soledad Becerril reivindica el honor ante el viraje del PA que otorga la alcaldía de Sevilla al PSOE
Alfredo Sánchez Monteseirín pretende que la ciudad promueva la unidadandaluza
Lo primero que dijo Soledad Becerril, ya despojada de su condición de alcaldesa de Sevilla, fue que el PP venció en las urnas "limpia y democráticamente". Luego felicitó a su sucesor, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, y reiteró públicamente una convicción que ya había aireado en la campaña: el pacto PSOE-PA "estaba decidido desde tiempo atrás". Becerril apenas mencionó a sus antiguos socios del PA, pero culminó su emocionado discurso de candidata con una cita harto significativa: "Como decía el alcalde de Zalamea, "al rey la hacienda y la vida se han de dar, pero el honor...".
La proclamación del candidato socialista, Alfredo Sánchez Monteseirín, como nuevo alcalde de Sevilla cierra un ciclo de gobiernos municipales conservadores, en manos de PP y PA, y también despide a una generación de políticos, que protagonizaron la transición en Sevilla. No sólo Becerril abandonó ayer el poder -aún no ha decidido si continuará todo el mandato-, también lo hizo Alejandro Rojas-Marcos. El presidente del PA, que en esta década ha sido alcalde y primer teniente de alcalde, sale de la escena municipal por completo. Su puesto de concejal será casi meramente simbólico, como ayer quedó patente durante la constitución de la nueva corporación, al renunciar incluso a intervenir para defender su candidatura. Rojas-Marcos, a quien correspondía presentar el discurso como cabeza de lista, cedió la ocasión a Mariano Pérez de Ayala, el próximo primer teniente de alcalde, que justificó el viraje de su formación hacia los socialistas, después de ocho años de alianza con el PP, por la autonomía de su organización. "[El PA] no se considera apéndice de ninguna otra formación política ni tiene por qué exigírsele, por absurdo, alianzas permanentes con otro partido", dijo. Sin embargo, Alejandro Rojas-Marcos, que volcará su actividad en la empresa para construir el metro, aprovechó el turno de intervenciones posteriores a la votación del nuevo alcalde para explicar el giro de alianzas del PA. Al igual que el día anterior, resaltó la importancia del acuerdo para constituir la sociedad Metro de Sevilla. Sólo este compromiso, sostuvo, "justificaría un acuerdo semejante". Añadió como segundo argumento la necesidad de contribuir al cambio: "Un día, hace ocho años, el PA entendió que era bueno el cambio que terminara un periodo en la historia de la ciudad. Hoy entendemos lo mismo". Y un tercero, en alusión a las caras nuevas que conformarán el gobierno: "Es bueno que dejemos entrar aire fresco". Rojas-Marcos citó sólo en una ocasión a su antigua socia del equipo de gobierno, y fue elogiosa: "Mi reconocimiento al PP en estos años y a Soledad Becerril". Y se despidió con un consejo hacia Alfredo Sánchez: "Ese bastón no es un punto de apoyo que le ayude a caminar, es el símbolo de la ciudad de Sevilla". El retorno del PSOE a la alcaldía de Sevilla, que perdió a comienzos de la década de los 90, resulta casi una ironía de la aritmética electoral. Los socialistas cedieron el gobierno en 1991, merced a un pacto entre PP y PA, segunda y tercera fuerza en aquella ocasión, que sentaron en la alcaldía a Rojas-Marcos y a Becerril en la tenencia de alcaldía. Luis Yáñez, a la sazón candidato del PSOE, se fue a la oposición, aunque había encabezado la lista más votada. Ocho años después, el viraje andalucista ha reproducido la misma maniobra aunque con distintos compañeros de juego. Los seis ediles del PA han aupado hasta la alcaldía al socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, que logró 12 ediles. La lista más votada, los 13 concejales del PP, pasarán a la oposición, junto a los dos de IU. De la importancia de la recuperación de la alcaldía para el PSOE da fe la asistencia al acto del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que confió que el nuevo gobierno dé un impulso progresista a la ciudad. El nuevo alcalde, que prometió y juró el cargo, esbozó en su primer discurso las líneas generales que marcarán su gobierno, como la lucha contra el desempleo, la defensa de la igualdad social y de un urbanismo "humanizado". La construcción del metro, la revisión participativa del PGOU y la redacción de un plan estratégico que concrete objetivos y actuaciones para el desarrollo socioeconómico urbano fueron las tres propuestas concretas que citó, además de postular a Sevilla para encabezar la ordenación metropolitana y la unidad regional "como primera entre iguales". La capital andaluza, agregó, "está obligada a salvaguardar la unidad basada en la solidaridad y renunciando siempre a agravios comparativos". Desde IU, el concejal Luis Pizarro confió en que el nuevo gobierno signifique de hecho "una nueva fase" después de un periodo conservador, antes de perfilar su oferta de colaboración con el PSOE "si persevera" en todos los temas en los que han coincidido en el último mandato, entre los que citó el rechazo "a operaciones especulativas como Tablada". Pero también aclaró que en Sevilla ha sido "imposible" alcanzar un acuerdo de progreso como el de otras capitales andaluzas y que en ningún momento recibieron la invitación del PSOE para sumarse a las conversaciones que han fructificado en el pacto. "La naturaleza del nuevo equipo viene fuertemente determinada por la presencia de una fuerza que hasta ayer mismo era de derechas en su práctica sevillana", observó.
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