Los errores de Bangemann

Martin Bangemann, el miembro alemán más antiguo de la Comisión Europea, ha trabajado durante los últimos 11 años en este organismo público tan importante e influyente. Ha sido el comisario responsable de la política industrial, un sector en el que ha jugado un papel fundamental la regulación de las telecomunicaciones. El miércoles pasado anunció que dejaba su cargo tras ser fichado por Telefónica. (...) Su decisión no es sólo precipitada, sino también imprudente. Dañará aún más la reputación de la Comisión Europea. (. . .) De acuerdo con el Tratado de Amsterdam (...) los comisarios deben "comprometerse a actuar, durante su permanencia en el cargo y tras su cese, con honradez y discreción". (...) Bangemann insiste en que ha actuado con integridad, pero ciertamente no lo ha hecho con discrección. Sería equivocado prohibir a los comisarios aceptar un buen trabajo una vez que han cesado. Pero lo que es equivocado es la forma con la que Bangemann ha llevado a cabo su decisión. (...) Ha aceptado un empleo estrechamente relacionado con su cargo público. Además, ha negociado su contratación mientras seguía regulando las telecomunicaciones comunitarias. Debería haber dimitido primero negociado después. (...) Está claro que los términos del Tratado no sirven para asegurar que los comisarios cesantes respeten el espíritu del mismo. Se debería crear un comité independiente para aconsejar sobre conflictos de intereses y establecer un plazo entre el cese y el siguiente empleo. (…) Mientras tanto, Bangemann debería reconsiderar su decisión. 2 de julio