Alemania y Austria boicotean una sesión de la UE porque no se usa su idioma
Los ministros de Industria de la Unión Europea inciaron a media tarde de ayer su reunión informal en Oulu (Finlandia) con la ausencia de las delegaciones alemana y austriaca, que protestaban así contra la supresión del alemán como lengua de trabajo, según explicaron los organizadores. Los finlandeses, que tomaron el relevo en la presidencia de la UE el pasado jueves, han expresado su intención de usar sólo finés, inglés y francés como lenguas de trabajo en las reuniones ministeriales informales.
En tanto que Alemania prevé boicotear todas las reuniones informales en las que no se incluya el alemán como lengua de trabajo, Austria decidió hacerlo sólo en la de los ministros de Industria. El ministro finlandés de Industria, Erkki Tuomioja, expresó su "pesar" por la decisión de ambos países. El canciller alemán, Gerhard Schröder, escribió al primer ministro finlandés, Paavo Lipponen, para expresarle sus quejas y pedirle que se siguiera utilizando el alemán como lengua de trabajo en todas las reuniones europeas de carácter informal, junto al inglés y el francés.
Por su parte, las autoridades finlandesas precisaron que "simplemente se ha vuelto a una práctica europea normal" tras las presidencias austriaca y alemana durante el último año, que convirtieron en tercera lengua de trabajo al alemán. Contrariamente a los consejos de ministros formales de Bruselas y Luxemburgo, esta práctica no está del todo consolidada para las reuniones informales. La costumbre es que se añade la lengua de la presidencia al francés y al inglés, más una tercera lengua en algunas ocasiones. Tal será el caso del alemán en algunas reuniones en Finlandia, del mismo modo que los españoles añadieron el italiano. Los finlandeses precisaron haber tomado las decisiones lingüísticas teniendo en cuenta "limitaciones prácticas, técnicas y económicas".
El presidente saliente de la Comisión Europea, Jacques Santer, respaldó ayer la postura finlandesa. Santer manifestó en una conferencia de prensa en Helsinki que no entendía el malestar de Alemania.
"Los Estados miembros respetan normalmente estas prácticas tal y como están, así que no sé qué argumentos están empleando ahora los alemanes para quejarse", declaró.
En su opinión, no se trata de un problema diplomático importante y se deberá tratar en la próxima conferencia intergubernamental de la UE, que será preparada por la presidencia finlandesa. "Lo considero sólo un pequeño incidente local sin consecuencias políticas", manifestó Santer.
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