Arenas achaca la pérdida de 10 capitales a que el partido ha mantenido la coherencia

El secretario general del PP, Javier Arenas, se mostró ayer "extraordinariamente satisfecho y contento" ante el balance que él mismo presentó de los futuros gobiernos de su partido en las capitales de provincia a partir de la constitución hoy de los ayuntamientos. El PP pasará de mandar en 41 capitales a gestionar apenas una treintena. Se contentó con que dentro de cuatro años se pudiera mantener ese reparto de poder. Arenas atribuyó ese coste de presencia institucional que va a pagar el PP a la coherencia de un proyecto estatal que otros, en alusión al PSOE, no tienen.

El PP espera gobernar a partir de hoy entre 30 y 32 capitales de provincia. A última hora de ayer desde el Partido Aragonés Regionalista se trasladó al PP en Madrid que sus concejales se abstendrían o votarían a sus candidatos, lo que permitiría a los populares añadir esta última capital a su cupo total. En el PP también se juzga algo positivo que el PSOE limite su ascensión a una quincena de capitales, aunque su progresión sea evidente pues hasta ahora mandaba sólo en cinco. Los populares daban ayer por perdidas cuatro corporaciones de Andalucía (Córdoba, Granada, Almería y Sevilla), tres de Castilla y León (Palencia, Burgos y Soria), dos de Castilla-La Mancha (Albacete y Cuenca), otras dos en Galicia (Pontevedra y Lugo) y Huesca. A cambio, el PP se felicitaba por apuntarse como nuevas las alcaldías de Vitoria y Pamplona, en este caso bajo la marca electoral de Unión del Pueblo Navarro (UPN), su socio en esa comunidad.

Sin autocríticas

El Comité Ejecutivo Nacional del PP, que refrendó ayer sin autocríticas la política de pactos de sus distintas organizaciones territoriales, no extrajo tampoco ninguna conclusión negativa de que a los populares les haya costado tanto aguantar su influencia institucional en los ayuntamientos de las grandes ciudades ante el empuje del PSOE, que se ha visto favorecido por su posibilidad para establecer alianzas de diverso signo. Es más, Arenas ensalzó la capacidad del PP para aguantar el mismo nivel de votos municipales de 1995, entonces un 42,4% y ahora un 41,87%. Y llegó hasta a aventurar que el PP habría mantenido su posición si no se hubieran producido los pactos de ahora entre PSOE e IU.

Llamó la atención el discurso del secretario general de Galicia, Xosé Cuíña, que pese al descalabro municipal del partido, que no sólo ha visto esfumarse de su control las alcaldías de Lugo y Pontevedra sino las de las principales ciudades (Vigo, Ferrol), se permitió comentar que la preocupación por esos datos sólo se percibía en el PP de Madrid.

Arenas luego, ya ante la prensa, confesó que se reunirá al menos tres veces en las próximas semanas con Manuel Fraga para hablar, entre otras cosas, de la renovación a emprender en su próximo congreso regional.

El secretario general del Partido Popular no pudo añadir grandes logros a los acuerdos labrados por el PP en días pasados. Sólo el arreglo de última hora en Aragón. Porque se sabía ya que el PP había llegado a un consenso en Canarias con Coalición Canaria, que en Cantabria se había hecho lo propio con el Partido Regionalista Cántabro, y en Navarra, sólo para la investidura, con el PSOE.

Buenas perspectivas

Arenas se atrevió a insinuar que había buenas perspectivas con Unión Mallorquina (UM) en Baleares. Comió ayer en Madrid con Jaume Matas y los responsables del PP balear para asegurarles el respaldo de la cúpula nacional a una serie de compromisos negociados con UM, sobre un nuevo tipo de concierto económico para esas islas. Arenas no quiso precisar luego hasta dónde llegará ese sistema, aunque sí señaló que no será como el vasco, y lo calificó de "enormemente atractivo". El PP piensa que así se asegura la colaboración con UM para mantener la alcaldía de Palma de Mallorca. En la cita de ayer del Comité Ejecutivo intervinieron varios secretarios generales del PP. Juan José Lucas, de Castilla y León, uno de los más castigados en las capitales, aventuró que los populares no tendrán muchos problemas para conservar la alcaldía de León con Unión del Pueblo Leonés.

En el caso de Segovia, el Partido Popular ha tenido que ceder el bastón de mando a Unión Centrista, a pesar de que esta formación sólo obtuvo en las urnas dos ediles, frente a los 12 del PP. Arenas explicó que esta concesión es una excepción a su norma de que sea la lista más votada la que siempre gobierne, en caso de necesitarse pactos por no haber alcanzado ninguna candidatura la mayoría absoluta.

Arenas calificó lo ocurrido en Córdoba y Sevilla -dos de las ciudades cuya pérdida más ha afectado al Partido Po-pular- como algo "incomprensible" en la política de pactos.