_
_
_
_

Las negociaciones sobre el plan de paz del Ulster se prolongan más allá del plazo fijado

Las negociaciones para desbloquear el proceso de paz irlandés sobrepasaron el plazo límite, la medianoche de ayer, en un último esfuerzo por superar los obstáculos que impiden la aplicación del Acuerdo de Viernes Santo de 1998. La desconfianza entre los partidos norirlandeses, unionistas y republicanos en particular, impide el progreso en torno al desarme de los grupos paramilitares y la formación del autogobierno. Esta madrugada, aunque sin comunicación oficial al respecto, las conversaciones seguían desarrollándose en Belfast. Todas las partes expresaban su "voluntad" de desbloquear la situación.

Más información
Un general en busca del desarme, no de la rendición

Los primeros ministros del Reino Unido e Irlanda, Tony Blair y Bertie Ahern, seguían apostando ayer por una solución satisfactoria para ambas partes. "Todos debemos dar un paso juntos para lograr un futuro mejor", señaló ayer Mo Mowlam, ministra británica de Irlanda del Norte. Mowlam se dirigió, en particular, al Partido Unionista del Ulster y al Sinn Fein. El distanciamiento entre sus posiciones retrasa, desde hace más de tres meses, la aplicación del histórico acuerdo. Ayer, con el plazo de las negociaciones superado por un par de horas, aún reinaba la desconfianza poniendo en peligro el fracaso de todo el proceso. "No hemos recibido ningun compromiso preciso [sobre el desarme del Ejército Republicano Irlandes (IRA)], ni hemos vistos detalles de un calendario", señaló poco antes de la medianoche el líder unionista David Trimble.

El progreso en las negociaciones es ciertamente lento. O, como explicó Mowlam en el Parlamento: "Avanzamos tres pasos y retrocedemos dos". La velocidad viene dictada por la presión de cada bando. Trimble ha moderado el tono de sus demandas desde el lunes. Su retórica ya no está dominada por la exigencia del desarme con anterioridad a la formación del Gobierno autonómico. Parece dispuesto a aceptar una declaración de los repúblicanos comprometiéndose al desarme para mayo del 2000, plazo estipulado en el acuerdo. Pero Trimble se enfrenta a un partido dividido, con un creciente sector reacio a aceptar nuevas concesiones. Para mantener su puesto, Trimble tiene que salir de las negociaciones con un compromiso absoluto de que el IRA se desarmará dentro de un calendario con fechas y cantidades concretas.

Es la fórmula del proceso en paralelo, cuyos detalles se negocian en Belfast desde el lunes, por el cual la transferencia de poderes al nuevo Ejecutivo vendría acompañada de la entrega de parte del arsenal del IRA. Gerry Adams, del Sinn Fein, expresaba ayer "cierto sensación" de que las negociaciones llegarían a buen puerto. Del presidente del brazo político del IRA se exige el compromiso de que el movimiento republicano se desarmará para el 2000. Adams, que dice no representar al IRA, necesita garantías sobre la aplicación de todos los puntos del acuerdo, incluidos la formación del Gobierno, la reforma de la policía y la desmilitarización del Ulster.

El nuevo acuerdo debe redactarse en un lenguaje que le permita mantener la unidad del movimiento sin ceder en ninguno de los derechos que garantiza al partido la participación en la vida democrática. Esta madrugada, las negociaciones parecían estancadas en la falta de confianza de Trimble en las palabras del Sinn Fein. A esa hora se esperaba la publicación del retrasado informe de la Comisión Indenpendiente del Desarme, redactado a partir de la información proporcionada por todos los partidos norirlandeses, que podría despejar el camino en este capítulo.

Por otra parte, el Sinn Fein intentaba asegurar las fechas de la formación del Ejecutivo de Belfast y del traspaso de trasferencias, y se resistía a permitir la inclusión de la cláusula de salvaguarda: su expulsión del Gobierno si el IRA no se desarma para abril del 2000.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_