El equipo de Vallecas también tiene fuente
Como quien apela al orgullo de barrio, los aficionados del Rayo se empeñaron, y consiguieron, demostrar que en Madrid viven más fuentes que la Cibeles y Neptuno. "Aquí no tendremos dioses, pero sí agua", gritaba uno de los aficionados que se asomaron nada más terminar el partido a la fuente de la plaza de la Asamblea, el lugar elegido por el Rayo y sus seguidores para celebrar un ascenso que parecía anunciado, o así al menos daban a entender los puestos callejeros que allí esperaron la llegada de los protagonistas. Los más optimistas, quizá por la falta de costumbre, llegaron a asegurar que en esa plaza se juntaron, tras el partido, 10.000 personas. La policía le echó al asunto un criterio algo má objetivo y cifró la asistencia en 5.000.
Los jugadores del Rayo fueron recibidos como héroes, un papel que a la mayoría de ellos jamás les tocó interpretar. No aparecieron por allí, como suele ser tradición, duchados y trajeados. Aparecieron bañados en champaña y con la ropa de faena. También en eso el Rayo se saltó el protocolo para satisfacción de los suyos. Todos los jugadores de la plantilla se bañaron en una fuente, sin estatua que la decorara, a la que nadie osó dejar sin agua. Después los fuegos artificiales se incrustaron en el cielo en el mismo instante en que algunos aficionados decidieron que, ya puestos, por pedir que no quede. "Y el año que viene, a la UEFA". Algún miembro del club comentó: "Si todos los que lo han celebrado hoy vinieran la próxima temporada a Vallecas, el Rayo jamás volvería a Segunda".
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