El Papa anuncia su deseo de viajar a Tierra Santa y a Irak en el 2000

El Papa comunicó ayer su voluntad de realizar "personalmente" en el 2000, y "si Dios quiere", una "peregrinación" jubilar siguiendo los pasos del patriarca Abraham. Así, llegará a Ur (Irak), al monte Sinaí (Egipto), Jerusalén y Nazaret (territorio israelí) y Belén (bajo la autoridad palestina). Juan Pablo II confirmó así, en un discurso leído después del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, lo que era una mera especulación. Hoy está previsto que se haga pública una Carta sobre la peregrinación a los Santos Lugares en la que, posiblemente, se añadan las fechas del futuro viaje, que podría producirse en marzo del 2000.

Por motivos desconocidos, el Papa no leyó un párrafo en el que se explicaba el sentido de la visita a Tierra Santa, una zona delicada por la tensión entre palestinos y judíos. El párrafo decía: "Querría subrayar el significado exclusivamente religioso de esta peregrinación, a la cual, por tanto, no se le pueden dar otras interpretaciones". Además de excluir cualquier fin político, Juan Pablo II resaltaba el religioso. "Visitar la antigua Ur de los caldeos, tierra de Abraham, o el monte Sinaí, símbolo del éxodo y de la Alianza, y, sobre todo, Nazaret, Belén y Jerusalén, equivale a recorrer el camino de la Revelación divina". El Papa visitó Tierra Santa en 1965 cuando era arzobispo de Cracovia.

Juan Pablo II se refirió de nuevo ayer a la necesidad de que católicos y ortodoxos "se olviden de los errores del pasado" y logren "alcanzar la unidad plena deseada por Jesucristo". Para ello, el pontífice propuso el 5 de agosto del 2000 como jornada mundial de ayuno. El Papa aprovechó la festividad de San Pedro y San Pablo para insistir en que el próximo milenio vea a los cristianos de Oriente y Occidente de nuevo unidos, tras separarse a mediados del sigloXI.

El Papa dio ya pasos en esta idea ecuménica durante su visita a Rumania, en mayo pasado. El planeado viaje a Armenia, un país cristiano aunque no católico ni ortodoxo, tenía este mismo objetivo. El Papa pospuso esta visita tanto por la salud del Catholicós armenio, Karekin I, que falleció ayer a los 67años de edad por un cáncer de garganta, como por la del propio Pontífice.