"Las nuevas generaciones no temen identificarse con una mujer africana"
Zap Mama, que impresionó en 1990 a Peter Gabriel y David Byrne, ya no es un grupo y sí sinónimo de Marie Deaulne, nacida en Congo, aunque ha crecido en Bruselas. Los instrumentos forman parte ahora de aquel proyecto vocal. Ordenadores, teléfonos móviles y consolas inspiran su cuarto disco, À ma zone, en el que han colaborado el camerunés Manu Dibango y los grupos estadounidenses de hip hop The Roots y Speech from Arrested Development. "Un artista tiene que hablar de cosas que emocionan", afirma Marie Deaulne. "La pintura, la escultura... lo hacen. Con el ordenador también se puede. Increíble lo que logra provocar una máquina. Estoy de gira, veo un e-mail de mi hija en el portátil, y la pantalla me hace reaccionar. Ese instrumento que llevamos a todas partes puede aportarnos alegría".
Tras sus experiencias con los pigmeos y los tuaregs, Marie Deaulne, de padre belga y madre congoleña, se ha quedado esta vez en la ciudad: "Me interesa toda esa nueva tecnología que nos está invadiendo". También su hija de cinco años ha inspirado unas canciones que hablan de ordenadores portátiles, consolas, teléfonos móviles... "Me preguntaba por qué les enganchan tanto a los niños los videojuegos y me he adentrado en ello. Me lo pasé en grande", reconoce. "Que sea algo nuevo y que los adultos estén muy impresionados porque lo desconocen les da un mayor estímulo. Ahora desafío a mi hija y a mis sobrinos y ya no me consideran una vieja".
"Hay que recordar que existen otras maneras de comunicarnos. Yo intento contarle a mi hija El gato con botas, Cenicienta... y cuentos africanos", dice. "Me impresionó que en su colegio ya nadie juega a la comba ni a las canicas. Tienen seis años y no juegan durante el recreo. Si no estuviera con Zap Mama me dedicaría a ir por las escuelas para volver a enseñar a los niños a entrar en contacto, a respetar leyes y a saber perder".
El título del disco, À ma zone, es "porque me siento como una amazona, un ejército de mujeres positivas que luchan contra ese negativismo que invade los espíritus", explica. "Al mismo tiempo, el juego de palabras, En mi zona, ya que cuando tienes una personalidad despierta estás en el lugar donde debes".
Sigue la línea iniciada con la anterior grabación. Funk y hip hop, pese a los rastros de polifonías africanas: "Lo denomino pop urban ethnic". En la portada hay mujeres de todas las razas: "Las nuevas generaciones no temen identificarse con una mujer africana. Ya no es cuestión de color, sino de individuo". afirma. "Dicen que el mundo va cada vez peor con tanta guerra, pero yo creo que no. De haber nacido hace 50 años no hubiera podido hacer lo que estoy haciendo como mujer y, además, negra".
"Ignoraba que el racismo y la segregación fuesen tan grandes en Estados Unidos. Para muchos negros que reivindican África, Zap Mama representa la tradición sofisticada africana. Y se sienten orgullosos", cuenta. En otoño el disco se editará allá en el sello de David Byrne. "Puedes comprarte una hamburguesa o ir a un restaurante a comerte una ensalada con frutas de verdad. Eso es lo que yo pretendo: no hacer una música fast".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.