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Arnold Vosloo asegura que con él "La momia" vuelve a ser romántica

El actor australiano encarna al zombi egipcio basado en el clásico de terror de Borís Karloff

Elsa Fernández-Santos

El productor de La momia se fijó en él cuando interpretaba al Juan Bautista de la Salomé de Oscar Wilde en un teatro de Broadway. "Buscaban a una estrella para el papel, pero se quedaron con la fuerza de mi físico, con mi presencia", afirma Arnold Vosloo, el actor australiano que da vida al nuevo zombi egipcio. Con una taquilla que ha superado los 22.000 millones de pesetas, La momia, que en España se estrena el viernes, es, según su actor, "una visión más romántica del monstruo, como lo era el clásico".

Desde que Borís Karloff interpretara en 1932 a Imhotep (verdadero nombre de la momia) la película originó una interminable serie de secuelas (existen más películas sobre el espectro egipcio que sobre Drácula), cuyos títulos oscilan entre La mano de la momia, La tumba de la momia, El fantasma de la momia, El camino de la momia o Sangre en la tumba de la momia. A Borís Karloff lo sustituyeron Peter Cushing y Christopher Lee, y ahora es un australiano de casi dos metros, rasgos algo antiguos y pinta de buenazo el que da vida al vengativo muerto viviente y el que pretende devolver al personaje el lirismo y romanticismo que tuvo en manos de Karloff. Pero con cierto parecido metálico a Terminator (los efectos especiales también forman parte de esta nueva momia) y un argumento que juega a ser una especie de parodia de Indiana Jones, la película es más una divertida comedia con monstruo que una vuelta al clásico lirismo del género de terror. "La momia está entre el cine de terror, el de aventuras y la pura comedia. Ése es su acierto", explica el actor. "Se trata de una buena combinación de elementos y por eso ha funcionado tan bien. Además, creo que en el éxito de La momia influye la extraña pasión que existe por la mitología egipcia. En un informe reciente sobre las audiencias de la televisión en EEUU se ha sabido que los dos programas que lograban batir siempre las expectativas y superar a los demás eran los documentales sobre tiburones y los de Egipto".

Vosloo añade que sobre su papel sí tuvo clara su intención romántica. "Quería darle un aire romántico, quería mostrar una figura romántica". "Lo único que le pedí al director fue que el tipo no fuera el monstruo, que fuera también un hombre enamorado. Ellos en un principio pensaron en una estrella, tenían la referencia del Frankenstein de Robert de Niro y querían alguien en esa línea. Pero, afortunadamente, me eligieron a mí. Yo tenía mi propia forma de ver al personaje".

Para Vosloo, ser la cara de la nueva momia es "una suerte". "Es más fácil trabajar con efectos especiales que con el viejo maquillaje y con las máscaras, no existe nada peor que el maquillaje tradicional de goma". Y el actor añade: "Ojalá fuera el nuevo Borís Karloff o el nuevo Christopher Lee. No me importaría ser el monstruo del siglo XXI. No me importaría que me recordaran por un papel de terror".

Éxito de recaudación

La momia ha logrado lo que pocos esperaban de ella, situar su recaudación junto a la de The matrix y La amenza fantasma. Este éxito ha cambiado la vida de Vosloo. Nacido en 1962 en Suráfrica, hijo de actores, Vosloo vive desde hace tres años en Los Ángeles. "En los últimos dos años he esperado la llegada de un papel que jamás aparecía; con La momia llegó ese momento, pero lo que me da más miedo, lo más dificil, es ahora el segundo paso: escoger el siguiente trabajo. Creo que prefiero seguir en paro a ser el malo de la próxima película de Bruce Willis. Y eso es un problema, porque ser el malo en la película de Bruce Willis significa mucho dinero". El actor habla de una película que tan sólo circula en vídeo como uno de sus mejores trabajos. "Es la historia de un bebé alien; bueno, en realidad es la historia de una mujer obsesionada. Yo soy un médico, y su marido. Y al final de la película hay una escena de una cesárea que recomiendo muncho, sobre todo a las mujeres".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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