_
_
_
_
CAMINO HACIA LA PAZ

Iglesia ortodoxa, oposición e intelectuales unen su voz contra Milosevic por la pérdida de Kosovo

ENVIADO ESPECIALLa Iglesia ortodoxa serbia dio ayer un paso más en su enfrentamiento con el régimen de Slobodan Milosevic cuando el patriarca Pavle, en una triste conmemoración de la batalla de Kosovo Polje, librada hace más de seis siglos contra los turcos, prohibió la participación en los actos a figuras políticas a las que calificó de "ateas". Pavle acusó a Slobodan Milosevic de haber arruinado al pueblo serbio en el conflicto de Kosovo. Partidos de oposición y grupos de intelectuales se sumaron al frente de rechazo al presidente yugoslavo.

Más información
Comienza el retorno organizado de los refugiados
El primer contingente de tropas españolas llega a Kosovo e instala su cuartel general en Istok

El veto a Milosevic en la convocatoria de la Iglesia, que se celebró en el monasterio ortodoxo de Gracanica, no hizo sino confirmar la decepción, resentimiento y frustración de las autoridades eclesiásticas serbias tras la nueva pérdida de Kosovo. El octogenario y enfermo patiarca Pavle se encargó de adelantar que este año la fecha más sagrada del calendario religioso, cultural y étnico serbio iba a ser "diferente de las anteriores". "No habrá hipocresía", advirtió; "en la conmemoración de esta fecha no habrá espacio para aquellos líderes de nuestro país que no tienen Dios".

No podía haber una referencia más directa de repudio hacia Milosevic. Y, sobre todo, al veto que la Iglesia ya impuso a Milosevic para negociar el futuro de Kosovo. La esencia del mensaje de los popes era simple: Milosevic ya no tiene asiento al lado de los líderes de Kosovo a la hora de decidir el destino de la Jerusalén de los Balcanes. Simplemente, porque jugó con la historia y la conciencia serbias y perdió.

El 28 de junio de 1389, miles de combatientes balcánicos, entre los cuales brillaron por su heroísmo las legiones serbias a las órdenes del príncipe Lazar, perdieron la vida tratando de impedir el avance del Imperio Otomano. La derrota de Kosovo Polje abrió 500 años de ocupación turca en los Balcanes. Pero también fue un hito en la historia del romanticismo épico.

El 28 de junio de 1987, un miembro del Comité Central del Partido Comunista Serbio partió hacia el campo de batalla de Kosovo Polje para convertirse en el máximo y más atento receptor de las quejas de los serbios frente a los abusos cometidos por sus vecinos: los albaneses de Kosovo. El aspirante a convertirse en un héroe serbio contemporáneo era Slobodan Milosevic, quien dos años después acabó con la autonomía política con la que contaba la provincia serbia de Kosovo bajo el régimen del mariscal Tito.

En el más fogoso discurso de su carrera, agitando las manos, mirando al cielo, se situó al frente del ultranacionalismo ante un millón de serbios, al pie del monolito dedicado a los héroes de Kosovo Polje. En el mismo lugar donde hace 10 años nació la ilusión nacionalista serbia de Milosevic, soldados británicos de la Kfor tomaban ayer el sol.

Como de costumbre, Milosevic no hizo declaraciones públicas ayer, y la prensa estatal ignoró las acusaciones de la jerarquía de la Iglesia ortodoxa serbia.

La Radio Televisión Serbia se limitó a informar de que el patriarca Pavle había presidido un acto litúrgico.

Entretanto, la carrera para distanciarse lo más rápidamente posible de Milosevic se va a abrir hoy en Cacak, con la primera marcha de protesta popular desde la derrota yugoslava a manos de la OTAN. Cacak es una ciudad de aproximadamente 200.000 habitantes, situada 180 kilómetros al sur de Belgrado y dependiente del ahora destruido complejo industrial de electrodomésticos yugoslavos, incluida la famosa aspiradora Sloboda. Es, por definición, territorio de la oposición. El joven alcalde de esta ciudad, Velja Ilitc, del Partido Nueva Serbia, vive desde hace meses en la clandestinidad. La policía de Belgrado no ha conseguido dar con él.

Goran Svilanovic, el jefe de la Alianza Civil Serbia, una minúscula pero influyente organización de oposición, participa activamente en los preparativos para la manifestación de hoy. "Éste puede ser el primer paso en la marcha democrática hacia Belgrado", aseguró.

Frente de rechazo[Los llamamientos a la dimisión de Milosevic se hacen cada vez más numerosos en Serbia, mientras el presidente yugoslavo sigue haciendo oídos sordos a quienes le exigen que abandone de inmediato el poder, informa la agencia France Presse.]

Entretanto, un grupo integrado por unos 50 intelectuales serbios se ha sumado al coro de voces que pide la dimisión de Milosevic. En una carta dirigida ayer al presidente yugoslavo, se reclama su salida del poder y la creación de un Gobierno provisional de salvación nacional. Este Ejecutivo, según los intelectuales serbios, deberá "abrir una investigación para descubrir a los verdaderos culpables, sean instigadores o ejecutores, de los crímenes cometidos en Kosovo". En su misiva, asegurán que esa investigación es el único medio de retirar "la acusación colectiva que pesa sobre el pueblo serbio por crímenes cometidos en su nombre, pero sin su consentimiento". El Partido Democrático Serbio del exalcalde de Belgrado Zoran Djindjic ha pedido también a los Gobiernos europeos que hagan públicos los nombres de los dirigentes cuyos fondos en el exterior han sido congelados.

Encabezado por la influyente Iglesia ortodoxa serbia, el frente de rechazo a Milosevic cuenta con el respaldo de varios partidos de la oposición, que se han asociado en la denominada Alianza por el Cambio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_