Plácido Domingo se retirará a los 65 años porque es "buena edad para decir adiós"
El tenor madrileño cantará la ópera "Sansón y Dalila" a partir del lunes en el Teatro Real
21 de enero de 1941. Que quede claro. Es la fecha de nacimiento de Plácido Domingo, que ayer presentó el Sansón y Dalila, ópera de Camille Saint-Saëns que ha cantado más de 80 veces y que el tenor madrileño pondrá en escena desde el lunes en el Teatro Real. Domingo estaba obsesionado por desmentir los años de más que le ha puesto un crítico italiano. Tiene 58 y los ha empleado en la ópera. Un repertorio de 115 partituras en su voz y 2.900 representaciones le hacen pensar ya en retiradas. "Los 65 es una buena edad para decir adiós, si no es antes", sorprendió.
Llegó embotado en un traje azul claro, rellenito -"¿Dónde están esas croquetitas?", preguntaba después de torear con los periodistas en un piscolabis-, luciendo la mejor sonrisa de su faceta de relaciones públicas y con claros indicios de estar recién duchado. Se sentó junto a sus compañeros de reparto -Carolyn Sebron, una corpulenta Dalila de Cincinatti que debuta en España; Alain Fondary y Jean Phillippe Courtis-, y con los dos directores, el de escena, Ferdinand Lemaire y el musical y artístico del Real, García Navarro, que brilló en el celo de no dejar hacer fotografías ni cierto tipo de preguntas, dos razones principales por las que se convoca una rueda de prensa. Lo de la retirada impactó. "De las 2.900 óperas que he representado a lo largo de mi carrera se llevan la palma 220 Toscas y 210 Otellos, luego quedan 150 Cármenes, Cavallerias rusticanas y Bohémes". No hay duda, las colecciona desde que debutara como barítono, con la zarzuela Gigantes y cabezudos, en 1957 y con un montaje de la compañía de sus padres, Pepita Embil -"tiene los mismos ojos que ella y la misma simpatía", le espetó ayer una fan cubana de su primogénita que la había visto actuar en La Habana- y Plácido Domingo senior.
Pero, pese a esa insultante hiperactividad, que le lleva todavía a hacer 70 representaciones al año, estar al frente de teatros de ópera como el de Los Ángeles -a partir de enero del 2000- y Washington como director artístico, además de crear montajes, ponerse al frente de orquestas y actuar en el circo de los Tres tenores, ayer le traicionó algún gesto que indicaba cansancio. Se frotó varias veces los ojos y habló de finales. "Doy gracias a Dios por la carrera que he tenido y haberme dado tiempo de regalo", dijo. "Nunca pensé que llegara a esta edad cantando, que es lo que más me gusta hacer, y por eso, hace años, empecé a pensar en mi retirada de los escenarios y prepararme para otras cosas siempre relacionadas con la ópera, como estar al frente de algún teatro o dirigir montajes. Todavía puedo seguir cantando, aunque creo que está más cerca la fecha de mi adiós".
Actividad en España
"En Roma se publicó que ésta sería hacia el 2006, y como todo se malinterpreta me veo obligado a desmentirlo: puede que sea antes", dijo con socarronería pero sin ánimo de hacer ningún chiste. "En esa fecha tendré 65 años, y yo creo que ésa, si llego, es una buena edad para retirarse". Pero antes va a desplegar gran parte de su actividad en España. Un García Navarro exultante, dijo que en el Real tiene las puertas abiertas para hacer lo que quiera. "Por lo pronto hemos arreglado cosas hasta el 2004", anunció el director artístico. Para la temporada que viene toca Margarita la tornera, del maestro Chapí. Para la siguiente (2000-2001), Parsifal, de Richard Wagner; después El Cid, de Massenet, y para finalizar El anillo de los Nibelungos en el 2004, la obra cumbre de Wagner, de la que Domingo cantará La walquiria, tal como hará el año próximo en el Festival de Bayreuth.
El cantante aseguró que éstas eran propuestas del teatro pero que le tomaba la palabra a García Navarro y que ya pediría algo a cambio. ¿Dirigir una ópera? ¿Cuál? "Creo que ya les hemos contado a ustedes demasiadas cosas", zanjó García Navarro.
Pero al tiempo habrá más cosas, compromisos con el Liceo... Y el próximo julio grabará la ópera Merlín, una pieza desconocida de Isaac Albéniz que el Coro Nacional de España acaba de presentar en el Festival de Sarre, Alemania, con gran éxito. "Es una obra muy interesante que me gustaría hacer en versión concierto y en representación", aseguró el tenor.
Domingo también hubo palabras de reconocimiento para un compañero, Alfredo Kraus, aquejado de una grave dolencia que le ha obligado a cancelar su actuación del próximo mes en el mismo teatro con Werther. Echando por tierra los dimes y diretes sobre su enemistad, Domingo dijo: "Es un tenor único en su género, en su cuerda y en su tesitura".
Babelia
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