Equilibrios en la Iglesia alemana para obedecer al Papa sobre el aborto

Los obispos alemanes han llegado aparentemente a un compromiso para seguir manteniendo los consultorios de asesoramiento para las mujeres que desean abortar, a juzgar por las declaraciones realizadas ayer por representantes de las dos posturas enfrentadas al término de dos dias de reuniones. El Papa les exige que distingan claramente entre asesoramiento contra el aborto y la emisión de certificados que se utilizan para ese fin.

El presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Karl Lehmann, revelará hoy en Bonn cuál es la fórmula con la que los obispos germanos responden a la carta enviada en junio por Juan Pablo II. El Papa les insta a distinguir sin ambigüedades entre asesoramiento a las mujeres embarazadas que desean abortar, por una parte, y la emisión de certificados que puedan ser utilizados con este fin, por otra. Juan Pablo II ha pedido que los certificados expedidos por consultorios católicos hagan constar claramente: "Este certificado no puede ser utilizado para realizar un aborto legal". Del total de 1.700 consultorios existentes en Alemania para cumplir con el requisito de la consulta previa previsto por la ley antes de realizar un aborto, 270 son católicos. De acatar esta ley, los consultorios bajo la tutela de la Iglesia católica pueden entrar en conflicto con el Estado, ya que actuarían dentro de las estructuras legales, pero bloquearían una de las posibilidades que la ley ofrece a las mujeres embarazadas.

División de opiniones

La impresión de que se ha llegado a un compromiso se apoya en las declaraciones que hicieron ayer el obispo Walter Mixa, de Eichstatt, que es partidario de continuar con la práctica del asesoramiento, y el obispo Johannes Dyba, de Fulda, que es el más ferviente defensor de la postura papal. Los dos obispos se mostraron satisfechos. Mixa contestó negativamente, cuando le preguntaron si se alterará la práctica del asesoramiento y Dyba manifestó que se había avanzado, y que tal vez se había dado "un paso definitivo" hacia un entendimiento. La carta del Papa no es motivo para que "se ponga a prueba la unidad" de los obispos, señaló Dyba. Tienen tiene hasta fin de año para tomar posición ante las recomendaciones del Pontífice.

El conflicto ha suscitado una intensa polémica que divide a los católicos alemanes entre partidarios de obedecer y partidarios de una mayor autonomía.

El teólogo muniqués, Johannes Gründel, ha insistido que la autoridad de la conciencia es superior a la del Papa. Walter Remmers, del Comité Central de los Católicos Alemanes (CCAA), y la presidenta de los Verdes, Gunda Röstel, se expresaron en el mismo sentido. La dirigente verde, que tiene una formación teológica, fue mas lejos y exhortó a los obispos alemanes a "desobedecer al Papa". "Se expresa de forma puramente jerárquica en el tema de la interrupción del aborto. Si la Iglesia abandona el sistema de asesoramiento y deja de extender los certificados, pecará contra la mujer que busca ayuda, a la que dejará sola con su problema espritual y de fe", dijo.

Los obispos alemanes ya habían recibido otra carta del Papa sobre el mismo asunto en enero de 1998, pero la solución encontrada entonces no ha sido del agrado del Pontífice, que quiere una actitud más expeditiva de la que ofrecida hasta ahora por la Iglesia alemana, consistente en dejar claras las posiciones, pero no impedir que las afectadas tomen sus propias decisiones.