Saratoga reivindica con orgullo un "heavy metal" abierto a otras músicas

Nacido hace siete años, Saratoga ofrece en estos días su cuarta obra discográfica, titulada Vientos de guerra. El grupo, creado por el guitarrista Jerónimo Ramiro y el bajista Nicolás del Hierro, veteranos músicos de la escena rockera madrileña, no ceja en su empeño por defender un género que parece renacer. Con dos jóvenes nuevos miembros de formación académica, la banda se refresca y deja de lado la proverbial ortodoxia de los aficionados al heavy metal. "Lo nuestro es lo clásico más un poquito de las nuevas referencias", afirma Jero Ramiro.

No ha sido fácil para el rock duro sobrevivir a los últimos años, dominados por el grunge y el rock alternativo, pero los nuevos tiempos ofrecen un cielo más despejado. "Ha habido una época en la que ir escuchando heavy metal en el coche daba un poquito de miedo", comenta Niko del Hierro. "Hemos dedicado una canción a este estilo musical para decir: estamos aquí y hacemos heavy metal, no hay por qué avergonzarse". Saratoga reconoce que su música es deudora de los sonidos metálicos de los años ochenta, aunque sin perder de vista las nuevas referencias. Jero Ramiro comenta: "Todo lo que ha venido después deriva de lo mismo: black, power, death..., etiquetas en las que puedes perderte... Lo nuestro es lo clásico más un poquito de las nuevas referencias". Los ecos más actuales son aportados por el vocalista Leo Jiménez y el batería Daniel Pérez, recientes veinteañeros, que provienen de una educación musical de academia. "Allí hemos aprendido a entender todo tipo de estilos; de hecho, el que menos hemos practicado es el heavy metal. Ese aprendizaje sirve después para aplicarlo a la música que más nos motiva", coinciden en apreciar los debutantes del grupo.

Homenaje al jazz

Una muestra de su reconocimiento por otras músicas es la dedicatoria a Charlie Parker, la desaparecida figura del jazz. "La gran mayoría de los músicos hemos escuchado muchos tipos de música", afirma Leo. "Otra cosa son los seguidores del rock duro, que normalmente son más cerrados y radicales". "El heavy metal es una música de calidad", abunda Niko, "necesita ser bien tocado, suele tener mucha complejidad de arreglos y armonías. Pasarse de virtuoso tampoco es recomendable, se pierde el feeling", apunta Ramiro. Uno de los temas más sinceros del nuevo trabajo es Aprendiendo a ser yunque (para llegar a ser martillo). En él se habla, no sin cierta sorna, sobre la tendencia de las discográficas a inflar las cifras de venta de discos y actuaciones. "Es una idea irónica de una conversación que tuve con un amiguete de un grupo", explica Jero. "Nos miramos a los ojos sabiendo que los dos estábamos mintiendo sobre eso, pero es que llega un momento en que hasta tú mismo te lo crees. Hay un baremo que conoce todo el mundo, que es creerse la mitad de lo que te digan".