Tambalente pero en pie
Boris Yeltsin fue ayer en Colonia una metáfora de cómo está Rusia actualmente: inestable pero aún de pie. Salió tambaleándose del avión, primero apoyado en su mujer y más tarde en Gerard Schröder, y le inmovilizó como un boxeador intentando mantenerse en pie. El emplazamiento del perdedor de la guerra fría en el nuevo orden mundial ha sido un proceso errático, con el temor a las oxidadas armas nucleares rusas, pero ahora está en alza. (...) La reunión del G-8 confirmó que Yeltsin ha librado una gran batalla en los Balcanes. (...) La economía rusa es un caso perdido (como subraya con crueldad la denominación periodística del G-8 como "los siete países industrializados más ricos.... y Rusia"). Aun así, Yeltsin fue capaz de dar a su aliado: Milosevic suficiente protección como para ayudarle a acabar la guerra en Kosovo mucho antes. (...) A cambio de facilitar la victoria de la OTAN, Yeltsin ha logrado una revisión de su deuda que necesitaba con urgencia. (...) La reunión del G-8 ha conseguido eliminar el peso de la deuda en naciones muy pobres. Pe rola eliminación de la deuda rusa es diferente, porque Rusia es una de las ricas (...) y posee amias nucleares, y las inversiones occidentales deben proteger los valores democráticos. Si especulamos sobre el futuro, supongamos que todos los países europeos se suman a la Unión Europea (...) y que Rusia dirige la inversión occidental hacia la estabilidad política y social. Y que la unión económica alcanzara desde Irlanda hasta Siberia y desde Noruega a Turquía. Es sólo una visión, pero vale la pena trabajar para conseguirla.
, 21 de junio