Miles de ciudadanos proclaman el impulso regenerador de la cultura
Varios autores de la SGAE entregaron un manifiesto en el Congreso
Una miscelánea de autores, intérpretes y ciudadanos de todas las edades acudió ayer a la llamada de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que conmemora este año su centenario, para recordar que un país no se desarrolla sin cultura. Según la SGAE, se echaron a las calles de Madrid unas 15.000 personas, y, según la policía, 5.000. Al final de una marcha de dos horas, los autores entregaron un manifiesto en el Congreso.
Al frente de la manifestación, más lúdica que reivindicativa, portaban una pancarta, con el lema El poder de la cultura, el presidente de la SGAE, Manuel Gutiérrez Aragón; el presidente del Consejo de Dirección de la entidad, Eduardo Bautista; Loquillo, Aurora Bautista, Luis Cobos, Fernando Méndez Leite, Carmen Alborch y Antonio Giménez Rico, entre otros. "Esta marcha desvela el gran secreto del poder de la cultura: poder para desarrollar el país -el sector cultural da vida a más de 92.000 empresas-, poder para crear empleo -hay más de 730.000 puestos de trabajo- y el poder que da ser cuarto sector industrial, por delante del textil, el transporte o el sector farmacéutico", señala el manifiesto. Y entre un público que, a pesar del calorón que caía al mediodía sobre Madrid, movía el cuerpo al ritmo brasileño de Batucada, se dejaron ver Miguel Ríos, Víctor Manuel, el sindicalista Antonio Gutiérrez, Moncho Borrajo, Victoria Vera, Los Sabandeños, Ramoncín, Víctor Ullate, Mochi y Ana Diosdado, entre otros participantes. "Yo estoy fenomenalmente. Es nuestra fiesta y a mí me gustan mucho las fiestas populares; deberían hacerlas todos los domingos, pero en esto no me van a hacer caso", contaba Sancho Gracia, enfundado en una camisa de color vainilla y sudando la gota gorda.
"Con los problemas que hay en la cultura y fíjate lo que organizan; esto tiene poco de valor artístico, se parece a una manifestación de la OTAN; mejor ir a tirar huevos a la estatua de La Violetera", reclamaba un maduro guionista de cine mientras le daba doctrina a una guapa joven.
No faltó de nada en una marcha que empezó a las doce del mediodía en la plaza de Colón y acabó a las dos de la tarde en la de las Cortes: bandas de música de Villena (Alicante) y de Sevilla, un grupo de gaiteros de la Casa Cultural de Galicia, otro de zancudos, payasos, mimos y un camión de circo. Se instalaron 10cañones de confeti que se disparaban de vez en cuando con un sonido atronador. No faltó una máquina (el Furamóvil, de La Fura dels Baus) que, a modo de ballena de Jonás, se tragaba a la gente.
Y todo acabó con la lectura de un comunicado acompañado del sonido de una txalaparta. Seis representantes de la SGAE leyeron un comunicado y lo entregaron después en el Congreso, donde fue recogido por la diputada del PP por Las Palmas Bernarda Barrios, con un traje beis claro de grandes botones dorados. "La cultura es esencial para España", dijo. "Ya, pero las subvenciones del vino que vayan a la cultura, que aquí sólo trabajan Julio Iglesias y alguno más", le contestaron. Ella no se inmutó y le plantó dos besos a uno de los componentes de Navajita Plateá.
"Los autores ni somos unos bohemios, ni un adorno en época electoral: somos 50.000 personas que trabajamos todos los días", concluyó Gutiérrez Aragón.
Babelia
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