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Localizadas 61.400 botellas belgas distribuidas en Castilla y León, Asturias, País Vasco y Cataluña

Por la mañana, toda la Coca-Cola española era segura; por la tarde, las autoridades sanitarias recomendaban beber "sólo lo que está en castellano". El martes, la situación era de absoluta normalidad; ayer, Coca-Cola pedía ayuda a los distribuidores para detectar partidas introducidas en España por importadores ajenos a la empresa. Una partida de 61.400 botellas de 20 centilitros producidas en Bélgica e importadas por un almacén de Zamora fue en parte inmovilizada ayer por Sanidad en un grupo de restaurantes de esa ciudad. Pero, según el almacenista, gran parte de esas botellas ya se habían distribuido en el País Vasco, Cataluña, el resto de Castilla y León y Asturias. A esta última región llegaron unas 3.700 botellas compradas por una distribuidora del municipio de Llanera que, según la Dirección Regional de Sanidad, ya ha distribuido 2.000 entre comercios de la zona. En Cataluña, un comunicado de la Generalitat informó de que 37 cajas de coca cola procedente de Bélgica fueron inmovilizadas en un almacén de Sant Juliá de Ramis (Girona) y que otras cajas sospechosas fueron detectadas en Barcelona, Sant Joan Despí (Barcelona) y Torroella de Montgrí (Girona) Aunque estas botellas belgas están etiquetadas en inglés, el ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, había pedido por la mañana que "no se consumieran bebidas etiquetadas en francés". Pero la confusión no había terminado. El Ministerio de Sanidad, en el punto 3 de un comunicado emitido ayer, aseguraba que "en España no se distribuye el producto sospechoso, siendo exclusivamente de producción española el que se comercializa en España". A pesar de ello, pidió a las comunidades autónomas que retiren del mercado las latas que "no estén etiquetadas en castellano".

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Por su parte, la multinacional se apresuró el martes, día en que comenzaron las prohibiciones en algunos países europeos, a asegurar que la situación en España era "de absoluta normalidad" y que todos los productos de la marca que se comercializaban eran de origen español y, por lo tanto, seguros. Pero la libre circulación de mercancías dentro de la UE -como ya ocurrió hace dos semanas con la dioxina detectada en pollos belgas- volvió a hacer estragos.

Ayer, un día después de que saltara la alarma europea, se detectó la primera partida de coca colas extranjeras y, aunque la empresa asegura que la importación "es marginal", no descarta que se descubran más botellas belgas o francesas en los próximos días.

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