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El Gobierno condiciona la flexibilización de la política penitenciaria a otro contacto con ETA

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José María Aznar, manifestó ayer ante el pleno de Congreso que el primer contacto habido entre el Ejecutivo y ETA supone la "apertura de un proceso". Se comprometió, sin precisarlos, a "seguir dando pasos para la consecución de la paz". Un portavoz del Ejecutivo señaló que hasta que no haya un segundo contacto, el Gobierno no dará nuevos pasos significativos, como la flexibilización de la política penitenciaria. Aznar aprovechó su primera intervención en la sede parlamentaria sobre estos contactos para solemnizar los límites de dichas conversaciones.

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El presidente del Gobierno, en respuesta a una pregunta del portavoz de Izquierda Unida, Felipe Alcaraz, en demanda de información en la sesión de control del Ejecutivo, señaló que los pasos que dé el Gobierno para conseguir la paz no tendrán contrapartidas políticas. Aznar se comprometió ante el Congreso a "mantener una defensa de la Constitución y el Estatuto de Gernika" en la mesa de conversaciones con ETA. "No habrá contrapartidas políticas ni premios ni recompensas" a la organización terrorista, precisó.

El jefe del Ejecutivo no quiso precisar los pasos que ayer se comprometió a dar para afianzar el proceso de paz. Precisamente el martes pasado todos los grupos parlamentarios apremiaron al Gobierno, por segunda vez desde el pasado 10 de noviembre, a través de una moción parlamentaria, a que flexibilice su política penitenciaria.

El martes, todos los grupos políticos, con la única excepción del PP, reprocharon al Gobierno del incumplimiento de la moción del 10 de noviembre, que tenía el mismo sentido. Todos coincidieron también en que había ya una constatación suficiente del cese de la violencia etarra, tras un año sin asesinatos y una declaración formal de tregua indefinida desde el 16 de septiembre.

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Fuentes gubernamentales manifestaron ayer que esos pasos "decisivos" del Gobierno no se darán hasta que no se produzca un segundo contacto entre el Ejecutivo y ETA. El Gobierno, según señaló ayer Aznar en el Parlamento, quiere constatar de manera más precisa la voluntad de ETA de abandonar definitivamente las armas, precisamente en ese segundo contacto. José María Aznar soslayó las críticas formuladas por Alcaraz por la marginación que ha sufrido su coalición (IU) respecto a la información del Gobierno acerca de los contactos con ETA. Alcaraz le reprochó, además, "haber criminalizado a IU a través de los medios de comunicación, especialmente de Radio Nacional", por su colaboración en el Pacto de Lizarra. Y acusó a Aznar de "hipocresía" por "haber conversado con ETA mientras tanto".

El malestar de Alcaraz era aún más palpable porque Aznar había informado al secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, de los contactos con ETA, al poco de celebrarse en Zúrich (Suiza) a mediados de mayo.

Aznar señaló que los socialistas gozaban de un privilegio informativo respecto a IU porque el PSOE coincide con los planteamientos del Gobierno en el proceso de paz en Euskadi.

El presidente también replicó a Alcaraz que "sólo ha habido un contacto con ETA" y que el Gobierno lo ha dado a conocer en cumplimiento de su compromiso del pasado 3 de noviembre, cuando autorizó los contactos con la banda armada. "Ni por encima ni por debajo ha habido ningún otro tipo de contacto", aseguró.

Por la mañana, en el Senado, fue el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, el que tuvo que escuchar los reproches del Grupo Socialista por haber utilizado como arma propagandística el contacto con dos miembros de la dirección ETA, celebrado a mediados de mayo, durante la reciente campaña electoral. "¿Qué sentido de Estado tiene el señor Aznar que mezcla, sin ningún pudor, la propaganda electoral con las conversaciones con ETA? Lo ha utilizado en mítines, calificando estas conversaciones de hecho muy positivo protagonizado por el Gobierno", manifestó el senador socialista Santiago Arévalo. "Del comportamiento del Gobierno y de su conocido talante sacamos una conclusión: es difícil fiarse de ustedes. Y si el señor Piqué anda por medio, todavía nos fiamos menos", añadió Santiago Arévalo.

Piqué argumentó en su defensa que Aznar reconoció los contactos porque "cuando se desatan las especulaciones, hay que salir al paso y confirmar algo que ha sucedido".

El senador socialista fue aún más lejos al acusar al presidente del Gobierno de "atribuirse el mérito de un año sin atentados de ETA" durante la campaña electoral. "Este Gobierno no tiene ningún límite como no lo tuvo el PP en la oposición perjudicando la lucha antiterrorista", remachó.

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