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Sanz y Lizarbe coinciden en que deben unirse frente al avance del nacionalismo vasco [HH] Regionalistas y socialistas deciden buscar una fórmula común de gobierno para Navarra

La Unión del Pueblo Navarro (UPN-PP) y los socialistas dieron ayer el primer paso para pactar una fórmula de colaboración, que podría llegar incluso a un ejecutivo de coalición, con el objetivo de defender la identidad de Navarra como comunidad diferenciada frente el avance del nacionalismo vasco, que el domingo ganó cuatro escaños en el Parlamento foral. El presidente navarro en funciones, Miguel Sanz, y el secretario general del PSN, Juan José Lizarbe, se reunieron ayer durante una hora. Sanz reiteró que ambos partidos coinciden en la "necesidad" de definir una fórmula de colaboración basada en "la defensa de la identidad de Navarra, de sus instituciones y de proyectos clave para el futuro de la comunidad".

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Pamplona debe esperar

El presidente de UPN, cuyo partido tuvo la iniciativa de la reunión, celebrada en la sede socialista en Pamplona, aseguró que los electores pidieron el pasado domingo en las urnas un entendimiento entre los dos partidos mayoritarios de la comunidad autónoma, que suman 33 de los 50 escaños del Parlamento foral. Sanz concretó tres posibilidades para materializar ese entendimiento: "Un Gobierno de coalición, al que no estamos cerrados, un pacto de legislatura o pactos institucionales". Lizarbe coincidió en la reflexión. "Hay una preocupación común por el avance nacionalista y hemos constatado la predisposición común para colaborar con el partido que ganó las elecciones en Navarra con el objetivo de reforzar el autogobierno de esta comunidad", dijo el dirigente socialista. La fórmula garantizaría una estabilidad absoluta a ambos partidos en el Parlamento foral y en la tarea ejecutiva. El súbito acercamiento de la dirección socialista a UPN contrasta con el discurso mantenido por el propio Lizarbe y su ejecutiva hasta el último día de la campaña electoral. Un mensaje que destacaba su nítida oposición al "caciquismo" de los regionalistas de Sanz, en palabras del propio secretario general del PSN, y de búsqueda prioritaria de alternativas de progreso al Ejecutivo de la derecha, que ahora parecen haber sido relegadas tras conocer los resultados electorales. Antes de repetir sus 11 escaños de 1995, el líder de los socialistas navarros desdeñaba la posibilidad de un Gobierno con los regionalistas que ahora se entreabre. A pesar de todo, Lizarbe no descartó que los órganos del partido rechacen las posibles ofertas de UPN y opten por ir a la oposición, si bien adelantó que el PSN "asume" las líneas emanadas de la Ejecutiva Federal, tendentes a frenar el avance nacionalista en las comunidades autónomas en las que éste se ha dado. Contactos con grupos sociales Miguel Sanz negó que la materialización de una fórmula política de unión con los socialistas conduzca a un "frentismo" en Navarra. "Se trata de dar forma a una mayoría social expresada en las urnas. No sería un gobierno en contra de nadie, sino a favor del interés general de Navarra", explicó el presidente en funciones. No lo ve así Juan Cruz Alli, líder de CDN. Alli entiende que "el otro nacionalismo, el español, sumaría sus fuerzas contra el nacionalismo vasco, lo que provocará más tensión social". CDN mantiene con el Gobierno de Sanz unos pactos presupuestarios para este año que, según el presidente en funciones, se cumplirán. De momento, la Ejecutiva del PSN-PSOE, que se reunió el pasado lunes, sólo ha adoptado un acuerdo firme: negarse a cualquier opción de gobierno en la que participe EH. O lo que es lo mismo, descartar cualquier alternativa a un gobierno de UPN, dado que los votos del partido nacionalista serían totalmente necesarios en cualquier otra posibilidad. Lizarbe dijo ayer que no ha recibido ninguna oferta de diálogo de la formación abertzale. El PSN abrirá hoy con los dirigentes de UGT de Navarra una ronda de contactos con organizaciones sindicales y sociales para debatir el resultado electoral y el sábado reunirá a su comité regional. Lizarbe someterá a debate del mismo una cuestión de confianza, dado su estancamiento en escaños mientras UPN ha pasado de 17 a 22 parlamentarios. El partido gobernantes concretará el próximo lunes la oferta a los socialistas. La posible decisión socialista de pactar con la derecha navarra fue lamentada ayer por el coordinador regional de Izquierda Unida, formación que ha bajado de cinco a tres escaños en estas elecciones. "Ya advertimos sobre lo que pasaría", dijo Félix Taberna, "y los votantes socialistas deberían estar ahora muy decepcionados por esa forma de actuar de su dirección. Es más de lo mismo, una política de conchabeo que ha beneficiado siempre a la derecha. No aprenden. El calor del poder es más fuerte que el color de la alternativa de gobierno", añadió.

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