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El G-8 comienza a trazar los planes para la reconstrucción de Kosovo

Estudia perdonar las deudas de los países más pobres del mundo

Pilar Bonet

Los ministros de Finanzas del G-8 (los siete países económicamente más desarrollados y Rusia) abordaron ayer los planes de ayuda a Kosovo en una reunión informal celebrada en Francfort para preparar la cumbre de los líderes que comenzará en la ciudad alemana de Colonia el próximo viernes. Los ministros pusieron a punto la propuesta, que deberá ser aprobada en Colonia, para perdonar las deudas de los países más pobres. A tal efecto, se prevé la venta de hasta 10 millones de onzas de oro de las reservas del FMI.

En Francfort se clarificó también que el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, y un representante del país que ejerza la presidencia de turno de los 11 Estados del euro participarán en adelante en las reuniones de los ministros de Finanzas del G-8. La Comisión Europea lo hará cuando se traten temas que la afecten, pero no de forma general. La reunión de ayer no reveló cifras sobre los costes de los planes de ayuda a Kosovo, pero el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel, definió una estrategia en dos etapas. La primera, que costará varios miles de millones de pesetas, tendrá por fin ayudar a pasar el invierno a los refugiados que regresan a la región. En la segunda fase se reconstruirán pueblos y vías de comunicación.

Eichel perfiló algunas líneas de la filosofía con la que Alemania enfoca el problema de la reconstrucción de Kosovo. Tras aceptar que la Unión Europea cargue con más gastos que Estados Unidos, Eichel manifestó que las grandes empresas internacionales abordarán la reconstrucción de puentes y centrales energéticas, pero el peso principal de la reedificación se basará en medios locales.

El ejemplo de Bosnia y Gaza

La administración de Bosnia-Herzegovina y también de Gaza son los dos ejemplos que el Gobierno alemán ha estudiado para aplicar o no las experiencias realizadas. Eichel se refirió ayer al caso de Bosnia y consideró como un punto de referencia los 5.000 millones de dólares (unos 800.000 millones de pesetas) recibidos por esta administración durante algo más de cuatro años. En medios del Gobierno alemán se insiste mucho en la necesidad de traducir los esfuerzos internacionales en proyectos concretos y eficaces sobre el terreno, que sean gestionados con carácter "subnacional". Con este enfoque, Alemania aborda también la situación en Rusia. "Rusia es un ejemplo de que no se consigue nada con mucho dinero", dijo ayer Eichel. El ministro consideró la situación en aquel país como "extraordinariamente crítica" tras mantener una reunión con su colega ruso, Michaíl Kasianov, participante en la reunión de Francfort. Medios gubernamentales alemanes hablan incluso de "retroceso" en la situación de Rusia, y afirman que Moscú no podrá aspirar a la renegociación de sus deudas y a obtener nuevos créditos si no cumple las condiciones establecidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Eichel exhortó ayer a Moscú a cumplir con sus obligaciones en el pago de la deuda.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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