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Reportaje:

El fin de la escombrera

Para la próxima primavera los vecinos de Basauri tendrán un paisaje urbano más agradecido. Entonces habrá finalizado la recuperación integral de la escombrera que durante 20 años sirvió para albergar residuos inertes y polvos de acería, en lo que supone la primera mejora medioambiental de una instalación de estas características en España. El proyecto reducirá de 14 a 6 metros la altura del talud y eliminará el vertido anual de 24.000 metros cúbicos de lixiviados a los arroyos cercanos. La escombrera fue utilizada por distintas empresas desde 1975 a 1995. Con la privatización de Sidenor entró en desuso pero los materiales -desde escorias, restos de refractarios, escombros, lodos de depuradora hasta polvos de acería- permanecieron allí. La empresa encargó, en diciembre de 1996, a la ingeniería Idom un estudio sobre las alternativas de actuación en la escombrera. Se plantearon tres, dos de ellas que hablaban del cambio de ubicación, pero se eligió un acondicionamiento in situ, "que era la alternativa que tiene menos impacto", señala un portavoz de Sidenor. Con ello, se reacondicionará el basurero sin variar su configuración. El proyecto define la actuación concreta sobre los 51.200 metros cuadrados de superficie de la escombrera, que alberga más de 380.000 metros cúbicos de residuos. Consiste en allanar el basurero, rebajar los taludes para evitar el actual impacto visual en las viviendas colindantes y el sellado superficial mediante la colocación de tuberías y cemento. Todo ello se complementa con medidas de control para los lixiviados que se podrían filtrar y que serían recogidos para su entrega a un gestor autorizado de residuos. El estudio de Idom determinó que cerca de 24.000 metros cúbicos de lixiviados se derramaban a los arroyos que rodean la escombrera y, en menor medida, a la ría del Nervión. "La escombrera quedará con césped en la parte superior, aunque no tendrá uso como zona verde y eso lo determinará posteriormente el Ayuntamiento. Quedará totalmente plana, no como ahora que tiene varios taludes", añaden en la empresa. El informe de Idom, que antes realizó 11 sondeos mecánicos con extracciones en diferentes profundidades y un muestreo en los arroyos cercanos, aconseja la opción elegida porque "evita el traslado de material, a excepción de los movimientos que no se puedan evitar al reperfilar la superficie y adecuar los aludes". "El estudio reveló", apuntan fuentes de Sidenor, "que en el suelo había concentraciones de metales pesados muy alejadas de los valores de intervención del Plan General de recuperación de suelos del Gobierno vasco". El coste total de las obras, que se pretende iniciar el próximo otoño y durarán entre cinco y ocho meses según las condiciones metereológicas, asciende a 160 millones de pesetas. Desde su privatización, Sidenor ha invertido en Basauri cerca de 2.000 millones en actuaciones de mejoras medioambientales.

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