El abogado del asesino de Vitoria quiere aclarar si sufre algún trastorno mental
Uno de los abogados defensores de Juan Luis Larrañaga Aramendi anunció ayer que pedirá una prueba pericial psiquiátrica para aclarar si el presunto asesino en serie sufre una enfermedad mental. Larrañaga está en prisión desde el pasado martes por la noche, acusado de matar a la abogada Begoña Rubio, de 28 años, y al empresario de máquinas tragaperras Agustín Ruiz, de 72 años, ambos en Vitoria. La Ertzaintza también le vincula a otros dos asesinatos en la capital alavesa: el descuartizamiento de la profesora de inglés Esther Areitio, el 8 de mayo de 1998, y la muerte a navajazos de Acacio Pereira Presa, dueño de una cordelería, el 9 de junio siguiente. El acusado se ha confesado autor de los dos primeros."Yo le conocí el martes", señaló ayer el letrado defensor Alfredo González Ávila. "Estuve con él dos horas y media en la declaración ante el juez, y otra media hora de entrevista. Saqué la impresión de que no es un monstruo, pero sí un enfermo mental". Sobre este argumento se basará el abogado de Larrañaga, detenido el pasado sábado en Madrid.
González Ávila, colegiado en Vizcaya, se ha hecho cargo del caso en el que se le acusa del asesinato de Rubio debido a que el Colegio de Abogados de Álava se ha personado en la causa como acusación particular. El letrado cree que no basta con la autoinculpación de su defendido. "Tengo la impresión general de que faltan pruebas contundentes. No hay móvil, ni intención, ni huellas, ni sangre, ni testigos, ni arma", señala.
Visitó más bufetes femeninos
Ayer se supo que Begoña Rubio murió degollada por un cuchillo de monte, apenas unas horas después de que anotase en su agenda que Larrañaga había acudido a su despacho sobre las cuatro de la tarde del lunes, día 24, y que había quedado en volver más tarde. Cinco o seis días antes había recorrido los bufetes de otras abogadas de Vitoria con la excusa de contratar sus servicios para que le defendieran en una causa por estafa.El caso se juzgará mediante jurado popular y, según las diferentes partes, se ha acordado no acumular las acusaciones, de modo que Larrañaga sería juzgado por separado de cada causa, al no haber relación entre las víctimas. En el otro homicidio del que se le acusado -el del empresario de máquinas tragaperras Agustín Ruiz Pérez- la defensa corresponde a Jesús Samaniego, de Vitoria. Este abogado prefiere esperar a que "madure" más este caso, antes de formular alegaciones de enfermedad mental o de otro tipo. Según las distintas partes, en este caso "hay muchas pruebas" y el autor "está muy claro". Aunque no se ha levantado el secreto sumarial, se sabe que Agustín Ruiz fue abordado en la puerta de su taller de la calle de Los Herrán por el asesino, que lo mató a navajazos y que le robó 130.000 pesetas.
La Ertzaintza maneja el robo como móvil de la mayoría de estos asesinatos. El fiscal jefe de Vitoria también ha asegurado que la policía vasca halló en poder del acusado objetos pertenecientes a la abogada y al empresario asesinados. La Asociación Clara Campoamor, de defensa a mujeres y niños maltratados, con la que colaboraba Begoña Rubio, se personará también en el proceso. Larrañaga tenía antecedentes policiales como supuesto autor de estafa y falsedad en San Sebastián, Vitoria y Burgos. El juez número 5 de esta última ciudad dictó contra él, en julio de 1998, una orden de busca y captura por presunta "falsedad en documento oficial, público y mercantil", que poco después dejó sin efecto, según informaron fuentes policiales.
El parlamentario del PP Carlos Urquijo ha pedido al consejero de Interior, Javier Balza, que comparezca en la Cámara vasca para informar de las circunstancias que han llevado a la "exitosa" detención de Larrañaga, así como los indicios que hay para acusarle.
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