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La promesa de mayor disciplina fiscal atrae al mundo del dinero

La economía surafricana está estancada -en 1998 creció un 0,1%-; el precio del oro (uno de sus principales recursos) cotiza en mínimos históricos y el desempleo afecta ya a cinco millones de personas. Pese a este cuadro macroeconómico, el mundo del dinero apuesta por la continuidad. El influyente diario Business Day pidió el lunes el voto para el Congreso Nacional Africano de Thabo Mbeki. Este periódico considera que este partido representa la mejor opción posible y destaca, sobre todas sus promesas electorales, la de incrementar la disciplina fiscal, una herramienta que consideran necesaria para reactivar la economía surafricana. En estos cinco años, la disciplina fiscal ha funcionado de forma admirable en una economía emergente, sostiene el diario. Otro medio de comunicación surafricano, el Financial Mail, no ha querido dar su apoyo al ANC. Su mejor opción es el Movimiento Democrático Unido de Bantu Holomisa, un disidente del partido de Mandela que ha tenido dificultades para hacer campaña.[Mbeki, sabedor de que carece del carisma de Mandela, está dispuesto a presidir un Gobierno de gran participación. Ayer lo repitió en una entrevista con la CNN. "Lo que necesitamos es un Gobierno de muchas manos (...) Tenemos que atender a todos los detalles de la transformación de la sociedad", aseguró según informa la agencia Reuters.]

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Sin embargo su biografía personal contradice sus deseos. El delfín designado de Mandela es un hombre con fama de hermético y poco dado al trabajo en equipo. Le gusta imponer sus opiniones y no promover debates sobre lo que se debe hacer. Los retos para estos años son formidables.

No hubo milagro

La población negra se encuentra algo desilusionada porque el final del apartheid no ha supuesto el milagro de un cambio automático de sus condiciones de vida. La situación de la mayoría sigue siendo precaria, por debajo del umbral de la pobreza. Pero, a pesar de todo, ha habido avances. En el periodo de Gobierno de Mandela, tres millones de personas han logrado acceso al agua corriente y otros dos millones a la electricidad. Ha nacido una clase media negra que ha ido ocupando alguno de los espacios económicos tradicionalmente reservados a los blancos. Pero ellos son, aún, una pequeña minoría.La población negra se maniene encerrada en ciudades satélite que son las más castigadas por el paro. Se calcula que el 75% de los desempleados están recluidos en las ciudades negras diseñadas por los dirigentes del apartheid para crear una Suráfrica de dos velocidades -los blancos y los negros-, con mínimo contacto entre sí. Son algunas de las barreras que quedan por romper. Es lo que Mbeki llama profundizar en las reformas emprendidas. Pero este cambio no es posible sin una economía pujante, y para ello es imprescindible el concurso de las otras minorías. Ese es el mayor reto del futuro presidente.

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