Arenas rechaza el debate que Felipe González ofrece a Aznar y descalifica su "reaparición"

José María Aznar no acepta el reto que le lanzó Felipe González el sábado de celebrar un debate cara a cara en esta campaña. El secretario general del PP, Javier Arenas, fue el encargado de responder ayer a la invitación del ex presidente de contraponer sus divergentes visiones de España en política exterior e interior ahora que ninguno de los dos es candidato. Arenas despreció en Melilla y Ceuta esa razón para celebrar el debate y descalificó su reaparición: "Pasará mucho tiempo hasta que encontremos a una persona tan preocupada por el poder y que se siente tan mal cuando no lo ostenta".

Aunque en el interior del pabellón polideportivo Lázaro Fernández, de Melilla, apenas había a media mañana de ayer 800 simpatizantes del PP, fue sin duda el acto que mejor y más receptiva acogida ha registrado este partido en lo que va de campaña, incluidos los tres mítines multitudinarios protagonizados ya por Aznar.El presidente del PP mandó a esas ciudades a Arenas, que tras repetir los argumentos habituales sobre que su partido sostiene lo mismo en todas partes y su gestión es el mejor aval, aprovechó para responder "al importante debú en la campaña electoral de Felipe González", el sábado en Valencia ante 20.000 personas. Ya que el PP se opone a los debates a dos entre candidatos, el ex jefe de Gobierno se ofreció a uno con Aznar: "No estoy en campaña y por eso soy mucho más temible".

Díez y la número uno del PP en la lista europea, Loyola de Palacio, sí debatirán en Tele 5, junto a los candidatos de las otras fuerzas con representación parlamentaria en Europa, el próximo 4 de junio.

Arenas intentó comedir el tono de sus respuestas a las demandas que planteó González en su "reaparición", respetuoso en las formas pero contundente en la estrategia de fondo. El secretario general del PP empezó por descartar el debate: "Yo creo con sinceridad que el problema de Felipe González es que no se ha acostumbrado a que está en la oposición, a que ya no es el jefe de Gobierno y tampoco el secretario general del partido".

Arenas cree que con este tipo de propuestas González lo que hace es desautorizar al actual secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, "al que dio instrucciones en un mitin", y sustituir como candidato para Europa a la número uno oficial, Rosa Díez. Fue ahí cuando Arenas denunció que la única preocupación de González ha sido siempre detentar el poder por el afán de mandar y no de gobernar.

El secretario general del PP no desperdició el auditorio tan partidario que se encontró ayer en estas ciudades fronterizas para intentar rebatir las principales acusaciones que le había formulado González al Gobierno de Aznar. El ex presidente socialista había denunciado que con Aznar España no sabe hacia donde va en el concierto internacional. Arenas entró al trapo. "España ahora va a la cabeza de la Unión Europea, va a crear el 50% del empleo de todos los países socios, mientras que durante su última etapa sólo era conocida por los escándalos y las corrupciones a diario".

Contra las diatribas de González sobre la política nacional de Aznar, Arenas afirmó primero que ahora hay "estabilidad política, diálogo permanente", pero sobre todo quería desmontar las críticas del ex presidente a cómo se está llevando el proceso de paz en el País Vasco. Arenas obvió en ese momento cualquier palabra que se pudiera interpretar en broma. Y añadió que es el Gobierno del PP el que se ha puesto "firme contra los terroristas, ha incrementado la cooperación internacional y ha visto como crecía la eficacia de las Fuerzas de Seguridad del Estado".

Para Arenas, "le guste o no" a González, "ha sido la sociedad y el espíritu de Ermua los que han puesto a los terroristas en su sitio". Arenas remató las andanadas contra González con las ironías recurrentes entre los miembros del PP por los problemas de liderazgo del PSOE y se permitió un consejo ante las denuncias de los socialistas por los escándalos del lino en las que implican a De Palacio. Arenas advirtió ayer al PSOE de que cuando iniciaron "la cacería contra Josep Piqué" ésta terminó con la renuncia de Borrell. Arenas avisa ahora de que ese mismo efecto bumerán lo padecerá José Bono por el caso del lino.