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ARANJUEZ

Arrollador Juli

El Juli es una apisonadora. Sale a enfrentarse con los toros y arrolla todo lo que se le pone por delante. Al espectador cicatero, al severo aficionado de gesto adusto y lupa en ristre para ver defectos. A ese Enrique Ponce que sale siempre a torear a medio gas y a ese Litri que, por más que se esfuerce, no deja de dar la impresión de que su tiempo ya ha pasado. El Juli tuvo al público de pie durante toda la faena a su primer toro. Un público que aplaudía enloquecido y gritaba "torero, torero". Es la apisonadora de El Juli, contra la que no hay quien pueda.La cosa empezó con una cogida al hilo de las tablas, cuando el torero se quedó muy quieto para recibir al toro de salida. Se apoderó el toro del terreno de El Juli y allá fue el muchacho por los suelos. No pasó nada, afortunadamente. Pero el toro se quedó, por causa del golpetazo que se dio contra las tablas, inválido y renqueante, por lo que lo cambiaron tal vez antirreglamentariamente. Luego llegaría la apoteosis del torero, con un quite compuesto de chicuelinas, tafalleras, un farol invertido y una media verónica. Todos los lances ligados en un palmo de terreno. Tres fáciles pares de banderillas, los tres por el pitón derecho y con capoteo de los subalternos, pero que a las gentes les parecieron el no va más del segundo tercio. Y una faena de muleta con más cabeza que corazón, en la que resolvió con torería los momentos comprometidos y que remató con un toreo de parón, muy ojedista, pasándose el toro por aquí y por allí. Cuando lo mató de un estoconazo, la plaza era un manicomio.

Río / Litri, Ponce, Juli

Toros de Victoriano del Río (uno devuelto al inutilizarse), terciados, nobles en general, alguno sospechoso de pitones. 5º, anovillado; 3º sobrero, boyante.Litri: pinchazo, estocada atravesada y descabello (aplausos); estocada tendida y desprendida (oreja). Enrique Ponce: estocada corta -aviso con retraso- y descabello barrenando (dos orejas); estocada -aviso con retraso- y dobla el toro (dos orejas). El Juli: estocada (dos orejas y rabo); estocada corta (dos orejas). Ponce y El Juli salieron a hombros. Plaza de Aranjuez, 30 de mayo. 2ª y última corrida de feria. Lleno.

Con el sexto, un toro de menguados pitones, tardo y distraído, El Juli estuvo muy valiente, quedándose inmóvil entre las astas.

Con la angustia del público desbordada, unas ceñidas manoletinas y otra vez el cañón del espadazo. El Juli había arrollado en Aranjuez.

La misma faena

Enrique Ponce ha hecho todo lo que sabe. Con ese toreo suyo artístico, pero un tanto rácano y poco entregado. Como no quebranta los toros con sus medio muletazos, puede hacerles faenas larguísimas, todas iguales. Lo mejor de ellas, los larguísimos y templados pases de pecho. Si Ponce se decidiera a echar la pata alante y ligar una tanda con la suerte cargada, nadie le discutiría que es un gran torero. Pero toreando como torea, ya sabe por qué empieza a no gustar en las Ventas.

A Litri, no se sabe muy bien por qué, le han regateado sus méritos. Ha sido el que ha toreado con más temple, sobre todo a su primer toro, el más claro de su lote. Ha hecho el de Huelva un toreo muy sobrio que ha llegado poco a los tendidos, tal vez porque no terminaba de rematar algunos muletazos y se ha enfrentado al cuarto, el más difícil del encierro, con técnica y valor.

Pero allí estaba la apisonadora de El Juli, y, como todos, salió arrollado.

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