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GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

Milosevic dice aceptar las condiciones del G-8

La Alianza mantiene sus exigencias, mientras Chernomirdin se declara "muy satisfecho"

ENVIADO ESPECIALSlobodan Milosevic dijo ayer que Yugoslavia "acepta los principios generales del G-8", el plan de paz elaborado por el grupo compuesto por los siete países más industrializados y Rusia. El presidente yugoslavo hizo este anuncio en un comunicado emitido al término de sus conversaciones con el enviado ruso Víktor Chernomirdin, quien se declaró "muy satisfecho" de la larga reunión mantenida. La OTAN acogió con cautela el anuncio de Milosevic. Fuentes de la Alianza aseguraron que el presidente yugoslavo debe asumir los cinco puntos que la comunidad internacional le exige. La Casa Blanca reaccionó con prudencia a la espera de que Chernomirdin exponga los avances concretos logrados de Milosevic.

El comunicado de Milosevic, difundido anoche por la televisión oficial RTS, afirma que Yugoslavia "está conforme con que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución basada en la Carta de la ONU", y añade que las dos partes "han constatado que es de interés común el conseguir un acuerdo pacífico en la crisis de Kosovo". "Hay que asegurar cuanto antes la normalización de la situación y el retorno seguro de los refugiados y desplazados", dice el comunicado, que concluye afirmando que "la crisis de Kosovo debe ser reglada por un acuerdo político sobre una autonomía sustancial que garantice la igualdad de los ciudadanos y de las comunidades nacionales que viven en Kosovo".El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, James Rubin, aseguró anoche que Washington da la "bienvenida" a los "pasos que se encaminen a la aceptación de las condiciones de la OTAN", pero antes quiere "escuchar" el relato de Chernomirdin sobre "los resultados de la reunión". Fuentes de la OTAN apostillaron que se estaba "analizando" la declaración de Milosevic. "La Alianza toma nota", precisaron. Los comunicados, añadieron, "para tener significado, tienen que ir seguidos de actos".

Víktor Chernomirdin declaró anoche en el aeropuerto de Belgrado, antes de partir, que él y Milosevic habían "acordado" sus posiciones para un próximo encuentro con el presidente finlandés, Martti Ahtisaari, representante de la UE, y con el emisario de Estados Unidos, el subsecretario de Estado Strobe Talbott. El enviado de Yeltsin declaró que el viceministro ruso de Defensa, Leonid Ivachev, discutió con sus colegas yugoslavos las "modalidades de la retirada" del Ejército yugoslavo y de la policía serbia de Kosovo y "las condiciones para la llegada a la provincia de un contingente internacional bajo el control de Naciones Unidas".

Chernomirdin declaró que hay "entre un 95% y un 97%" de posibilidades de que regrese la semana próxima a Belgrado en compañía del presidente finlandés. Y añadió que ésa sería su última visita a la capital yugoslava en calidad de emisario especial de Yeltsin "para contribuir a la paz en este país".

Chernomirdin había formulado ayer a su llegada a Belgrado que cualquier progreso político en la búsqueda de una solución a la crisis en Yugoslavia está supeditado a un cese de los bombardeos aliados. Su visita se produjo horas después de los más duros ataques de la OTAN desde el inicio de la campaña aérea.

La misión del ex primer ministro ruso constituyó la más clara señal de que Moscú sigue reconociendo a Milosevic como el interlocutor en Yugoslavia, a pesar de su acusación formal como responsable de crímenes de guerra.

La intensificada campaña aérea de la OTAN destruyó ayer las dos últimas centrales eléctricas de Belgrado, y sumió a la capital yugoslava en la oscuridad. En Bruselas, el portavoz de la Alianza dijo que en vista de la mejora de las condiciones metereológicas, los serbios deben esperar un castigo más intenso. El de la madrugada de ayer fue enorme: tres misiles se estrellaron contra las centrales eléctricas de Belgrado. Sin energía, la distribución de agua se convierte en un desafío agudo.

Cada vez que Chernomirdin llega a la capital yugoslava, cada vez que se va, los aliados golpean con gran intensidad en su campaña aérea. Por eso, anoche, centenares de residentes de Belgrado cogieron una bolsa de pan y algunas frutas y se encerraron en los refugios porque las sirenas comenzaron a aullar al anochecer.

La mediación rusa en el conflicto de Kosovo pendía de un hilo antes de que Chernomirdin expresara su satisfacción por el encuentro con Milosevic, según reconoció ayer el primer ministro, Serguéi Stepashin, para quien sólo a la vuelta de Chernomirdin de Belgrado estará Moscú en condiciones de saber si merece la pena continuar con las negociaciones, informa

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