_
_
_
_

Cádiz, desde la cámara oscura

El mayor paro de España y la infravivienda ahogan a una ciudad que aún es capaz de echar sus penas al saco en el Carnaval

Jorge A. Rodríguez

,La torre Tavira es un observatorio privilegiado de Cádiz. Su cámara oscura proyecta una imagen en movimiento por un principio óptico conocido desde la época de Leonardo da Vinci. La panorámica deja ver la copa de una ciudad de aire portuario y colonial, casi rodeada por el mar, con playas de arenas blancas y ecos de Carnaval... Si no fuera porque es la de más paro, si no tuviera uno de los más altos índices de infravivienda y si el 24% de su PIB no dependiera de la economía sumergida, sería como la ven los turistas.Escaleras abajo, se pisa la calle Sacramento, que alberga el oratorio de San Felipe Neri, el edificio que en 1812 reunió aquellas Cortes que promulgaron La Pepa, la primera Constitución, cuyo segundo centenario se quiere conmemorar con la declaración de Cádiz como Capital Europea de la Cultura en el 2012. Un corto paseo deja ver bares con hombres jóvenes y de mediana edad pegados a la barra.

Más información
Más suelo y otro puente

Quizá sean parados. Cádiz es una de las ciudades con más paro de Europa: entre el 36% y el 40%, según los meses. "Pero no puede ser real porque estaríamos a tiros", explica María de la O Jiménez, la candidata del PSOE para asaltar el baluarte de Teófila Martínez, del PP y alcaldesa desde 1995, cuando se dio un vuelco absoluto que también le abrió el camino hacia la presidencia del partido en Andalucía tras el ascenso de Javier Arenas a su secretaría general.

O quizá sean sordos. Una minusvalía que permitió aliviar la plantilla de Astilleros a partir de 1978: de 2.743 compañeros del metal, entonces, a 390, ahora. Los que conservan su puesto reclaman pedidos para construir buques que dejen a flote a los 1.500 trabajadores de las empresas auxiliares, agobiadas por la competencia desleal de Corea. "Más barcos y menos promesas", subrayaba el presidente de su comité de empresa y candidato de IU, Jesús Gargallo, el 12 de mayo mientras el ministro del ramo, Josep Piqué, eludía en helicóptero el corte de tráfico de protesta, secundado por los pescadores de la merluza negra, que eran 6.000 y ya sólo son 2.000.

Así, surge una pregunta obligada: ¿de qué vive la gente? Nadie se atreve a decirlo. UGT elaboró recientemente un informe en el que retrataba una pujante economía sumergida basada en la chapuza y salvada por la solidaridad familiar, en la que un sueldo, un subsidio o una pensión cubren al grupo. El documento también recogía un 6% del PIB que no puede aflorar: el que genera el contrabando de tabaco o el tráfico de drogas o inmigrantes. Asimismo, que el 18% depende de la economía "aflorable": pesca, hostelería, construcción o marroquinería, es decir la de ese Juan que vende pescadilla y sardina en un carrito de niño o ese Alberto que pega paletadas de cemento en una fachada del popular barrio de la Viña.

En esta Viña, donde el bar del Manteca es una institución, vive María Antigua con su marido y su hijo, de 10 años. Malvive, más bien, en 20 metros cuadrados. "Hemos comprado un wáter químico para hacer nuestras necesidades tranquilos. Está detrás de aquella cortina", comenta. Y tiene suerte porque, con tanta falta de suelo, unas 6.000 viviendas tienen entre ocho y diez metros cuadrados y el 75% de las totales, menos de 90. Por añadidura, un 48% de la población carece de ellas por su bajo nivel de ingresos.

El único alivio procede del turismo, sobre todo de los cruceros, que genera bares, hoteles y comercios que dan de comer, por ejemplo, a los 300 pasajeros del Silver Wind, un hotel flotante italiano,uno de los 200 atraques de este tipo previstos para este año.

Pero toda esta situación no amilana. Al revés. Pese a todo, Cádiz es risueño y va a ampliar su campo de fútbol, el Carranza, aunque su equipo esté en la Segunda División B, que disfruta de sus playas y que lo satiriza todo durante un par de semanas, en el Carnaval, en el que 6.000 personas cantan y se divierten echando al saco las penas.

"Más Carnaval y menos trabajo", que decía una canción. O como otra: "A las 12 de la mañana ya estoy en planta, a vé si me sale un chapucito, porque trabajo menos y sigo buscando a vé si encuentro algo pa arrimar el hombro. Pero no me dejan arrimar el hombro ni pa llevá un difunto. Pa qué tanto trabajo si sentao se esta del carajo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_