_
_
_
_

Los curas obreros no se reconocen en la actual izquierda europea

Delegados de ocho países clausuran el 12º Encuentro de Madrid

"Tiene que haber otra forma de vivir al otro lado del capitalismo, un lugar con soluciones para los excluidos y los que sufren pobreza y marginación". Los curas obreros europeos no tienen respuestas, pero sí muchas exigencias y preguntas. Delegados de ocho países clausuraron ayer en Madrid el 12º Encuentro de Curas Obreros de Europa clamando en favor de los pobres y contra el capitalismo y la guerra.

A los curas reunidos este fin de semana en el convento de los dominicos de Alcobendas (Madrid), les preocupa el futuro de la izquierda, pero, sobre todo, "el rostro del hombre que sufre y exige soluciones urgentes". "De ninguna manera podemos aceptar nosotros, hombres de izquierda, a esta izquierda que vuelve la espalda a los valores por los que ha luchado desde su origen", dice su comunicado, un grito contra el capitalismo, la exclusión social y la guerra."Son los bárbaros que vuelven", dicen los curas obreros. Su manifiesto es un conmovido grito de solidaridad, con la mirada puesta en los sacerdotes alemanes del encuentro, especialmente doloridos por lo que está pasando en los Balcanes. "Pensamos que jamás volveríamos a ver estos dramas", se lamentan Christian Herwartz y Georg Wolter, de Berlín y Colonia, respectivamente. Pero los curas obreros van más allá del antibelicismo. Son internacionalistas que sueñan con una Europa "de paz y fraternidad". Y ven en los desastres que asuelan Yugoslavia "la lógica consecuencia de la violencia que se vive cada día en nuestras sociedades". "Es una guerra que enciende el odio y que refuerza los nacionalismos", que "acrecienta los apetitos de dominación" de algunos pueblos, que "arruina economías", que "paraliza el desarrollo" y que "debilita a Europa", proclaman.

El número de los excluidos crece, las injusticias se agrandan y los Gobiernos son cada día menos sensibles. Sin duda, estos reproches se destacan en el rostro de los curas obreros. Y, para colmo, el poderoso movimiento social del que forma parte el parisiense Pierre Niobey, la Misión Obrera fundada por el cardenal Suhard, apenas es soportada ya por la jerarquía. Pero no se queja. "Somos tolerados y algunos obispos reconocen la labor", dice Niobey. No piensa lo mismo Carlo Carlenoris, de Turín. "Nuestra relación es más dura, los obispos nunca han querido relacionarse con los curas obreros", afirma. "El Vaticano escucha poco e impone mucho", tercia el español Julio Pérez Pinillos, de Madrid. Pero se declaran inasequibles al desaliento.

Todos reclaman más poder para las Conferencias Episcopales de cada país y una Iglesia que atienda también a los que no están en su seno. O se entusiasman con movimientos emergentes, como los de Hispanoamérica, a los que Luis Santiago Díez Maestro, de Burgos, alude con admiración. Pero vuelven una y otra vez sobre la urgencia de buscar soluciones para los excluidos. El año que viene se verán de nuevo, esta vez en Londres, y hablarán de qué Iglesia hay que construir para dar respuesta a sus sueños sacerdotales y obreros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_