Butros-Ghali culpa a Albright de su precipitada salida de la ONU
"Madeleine Albright cree que el mero hecho de que ella diga que ésta o aquélla es la política de Estados Unidos es razón suficiente para conseguir el apoyo de los otros países del mundo", dice Butros Butros-Ghali en Invicto: una saga entre Estados Unidos y Naciones Unidas, el libro de memorias sobre su mandato como secretario general de la ONU que acaba de publicar una editorial neoyorquina.
El libro, cuyo contenido adelantó ayer The New York Times, es durísimo con Albright, presentada como un elefante autoritario en el mundo de cristal de la diplomacia. La secretaria de Estado, escribe el veterano estadista egipcio, tiene "poco interés en el difícil trabajo diplomático de persuadir a sus homólogos extranjeros para que se alineen con las posiciones del Gobierno de EEUU, y opta por darles lecciones magistrales, hablarles con sentencias tajantes o simplemente leerles frases textuales de los papeles que lleva preparados". Albright, además, tiene una susceptibilidad enfermiza ante las críticas y considera como "un ataque personal" cualquier diferencia con la política de EEUU.Butros-Ghali atribuye a Albright su caída como secretario general de la ONU. En las presidenciales norteamericanas de 1996, los republicanos hicieron una agria campaña contra el egipcio, al que acusaban de dictar la política internacional a Bill Clinton. Una vez conseguida la reelección, Clinton quiso desmentir esas críticas, oponiéndose a que Butros-Ghali disfrutara, como todos sus predecesores, de un segundo mandato.
"Romperle las piernas"
Albright, entonces embajadora de EEUU en la ONU, se encargó del trabajo sucio, y le dijo a Joseph Verner Reed, un norteamericano que ocupaba el puesto de subsecretario general de la ONU: "Voy a romperle las piernas a Butros". Cuando Reed advirtió de la amenaza al egipcio, éste calificó el asunto de "ridículo". Ahora, Butros-Ghali reconoce que fue "ingenuo" y que "subestimó" la "doblez" de la diplomática norteamericana. Albright, escribe el ex secretario general de la ONU, "hizo campaña contra mí con determinación, sin dejar pasar una oportunidad de cuestionar mi autoridad o ensuciar mi imagen, y todo ello exhibiendo una sonrisa y repitiendo frases de amistad y admiración".
Al demoledor retrato que surge de la lectura de Invicto, James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, ha respondido: "Es lamentable que Butros-Ghali no tuviera la capacidad de manejar la relación con EEUU, que es la más importante para cualquier secretario general".
Pero las críticas a Albright llueven sobre mojado. Los republicanos, que tanto criticaron al egipcio, responsabilizan ahora a Albright de los errores de cálculo cometidos por EEUU en Kosovo. Expresando un sentimiento mayoritario entre los republicanos, pero también latente en el campo demócrata, The Wall Street Journal ha pedido a Clinton que remplace con urgencia a Albright, que también es responsabilizada de los fracasos de Estados Unidos en los últimos años.
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