Aznar revela presiones a los exiliados etarras para que no regresen

José María Aznar reveló ayer que muchas de las 304 personas vinculadas a ETA en el pasado, hoy exiliadas y sin causas pendientes, quieren regresar a España, pero no se atreven por estar amenazadas. Aznar aseguró en un mitin de precampaña en Bilbao que se va a conseguir la paz. "Os aseguro que esta vez, más que nunca, hay esperanza para que el País Vasco alcance la paz. Estas aspiraciones no van a quedar frustradas. Vamos a conseguir la paz".

El primer mitin de Aznar en la precampaña en Euskadi tuvo dos partes diferenciadas. Una primera, ya conocida, en la que descalificó el pacto de gobierno de los nacionalistas, que está convencido que se trasladará a los ayuntamientos y diputaciones. Y una segunda, nueva, en la que expresó su confianza en que se consiga la paz en el País Vasco, pero sin pagar un precio político. "No va haber una segunda transición. Pero sí hay una nueva oportunidad para que todos crucen la puerta de la democracia y el respeto, que siempre ha estado abierta. Nosotros no la vamos a cerrar".Aznar recordó la reciente iniciativa, impulsada por su Gobierno, para que regresen al País Vasco 304 exiliados -sobre el colectivo de medio millar- por su pasada vinculación con ETA y que carecen de causas pendientes con la Justicia. Aseguró que tenía constancia de la existencia de amenazas sobre estas personas. "Sabemos que hay muchos que quieren volver. Pero sabemos, y que tomen nota algunos, de quienes también se están ocupando cotidianamente de poner pegas y de amenazar a los que quieren volver. También lo sabemos y lo diremos en su momento".

La advertencia de Aznar la vinculó a una apuesta decidida por la paz en el País Vasco. No dijo nada sobre las posibilidades de que el Gobierno y ETA dialoguen. Pero lo dió a entender cuando se refirió a las expectativas de lograr la paz. "Hoy menos que nunca hay motivos para la desmoralización o el desánimo. Hoy más que nunca hay motivos para trabajar con más voluntad y esperanza para que el País Vasco alcance sus aspiraciones reales y profundas de paz y convivencia".

Aznar aseguró ante sus seguidores que "esta vez vamos a conseguir la paz". Pero precisó que será "sin adjetivos, sin peajes, sin imposiciones". A partir de aquí, arremetió contra el proyecto nacionalista, materializado en elpacto de legislatura suscrito por el PNV y Eusko Alkartasuna (EA) con Euskal Herritarrok (EH), al que calificó de "engañoso" como vía para la paz. "Aunque quieren hacernos creer que todo esto -el pacto de legislatura y los pactos municipales entre los nacionalistas- se hace por la paz, si alguien dice que para hacerla posible hay que rebajar la exigencia democrática, simplemente está engañando".

Tras afirmar que respeta la libertad para pactar, Aznar advirtió de que "nadie se engañe" con los pactos municipales y forales que "se van a hacer con esas siglas [en alusión a EH] y sobre los pactos de gobierno que ya se han hecho". Y precisó su denuncia en la presencia de "presuntos asesinos en las listas de EH" -como José Luis Barrios, acusado del asesinato hace un año del concejal sevillano del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa- porque "a los que son convictos se les lleva a la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco", en referencia al ex dirigente de ETA Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera.

Ante las críticas nacionalistas al Gobierno por "no respetar el ámbito vasco de decisión", Aznar respondió que "no admitirá lecciones de democracia de quienes no han sido nunca ni pacìficos ni demócratas", en alusión a EH. Pero también extendió la andanada al PNV y EA al afirmar que "tampoco las vamos a admitir, por mucho que lo lamentemos, de otros que ahora les sigan en un camino que nunca vamos a recorrer".