Los pilotos amenazan con nuevos paros si no se firma un acuerdo en el plazo de una semana

Los pilotos del SEPLA-Iberia anunciaron ayer que convocarán nuevas movilizaciones si no se resuelve la firma del convenio colectivo en el plazo de una semana. Los pilotos, que reiteraron su petición de reunirse con el ministro de Industria y portavoz del Gobierno, Josep Piqué, recibieron una clara respuesta: sí al aval del ministro, no a su mediación. Piqué advirtió además al SEPLA de que el acuerdo debe ser global porque no quiere "flecos pendientes" que se abran "de manera recurrente" en el futuro y de que las discrepancias se resolverán en los tribunales.

La sección sindical del SEPLA-Iberia (Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas) lanzó ayer un órdago a la compañía, a su accionista mayoritario, la SEPI, y al Gobierno al anunciar la convocatoria de nuevas movilizaciones si en el plazo de una semana no se resuelve la firma del convenio colectivo. Los pilotos se reunirán en asamblea la próxima semana para clarificar sus acciones.El SEPLA, que la madrugada del viernes dio por rotas las negociaciones, afirma que rechaza la oferta dineraria (un pago único de 700.000 pesetas, acciones preferentes de la compañía con un 10% de descuento y una opción de compra de hasta 10.000 millones de pesetas), a cambio de la firma del convenio colectivo.

El jefe de la sección sindical, Juan José Arroyo, evitó mencionar qué tipo de medidas se tomarían y reiteró su petición de reunirse con Piqué en un plazo inferior a una semana para negociar la firma del convenio colectivo. Arroyo añadió que las movilizaciones se convocarían tanto si no se produce la reunión con el ministro, como si ésta no da el resultado esperado.

Por su parte, el portavoz del sindicato, Santiago Santamaría, manifestó que "el acuerdo no se puede cerrar con imposiciones". Acusó a la compañía de no haber movido su postura un ápice. "No se puede pretender ganar 5 a 0, porque la negociación entonces cierra en falso".

Firmeza del ministro

A pesar de los esfuerzos del ministro por mantenerse al margen de las negociaciones, ayer tuvo que salir de nuevo al paso de las manifestaciones del SEPLA. El titular de Industria reiteró que no negociará con los pilotos "porque no es su papel", aunque sí se prestó a "avalar y garantizar ese acuerdo". En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Piqué quiso dejar clara su postura y se mostró tajante al decir que espera un "acuerdo global" de esta negociación, y que las discrepancias que surjan entre la compañía y el sindicato deberán dirimirse en los tribunales.

"Pido de forma explícita al SEPLA que se llegue a un acuerdo global, sin flecos pendientes que se utilicen de forma recurrente dentro de tres meses, cuando estemos en plenas vacaciones veraniegas, por no sé qué cuestión que quedó sin resolver", aseveró.

Para el ministro, la solución no pasa por conseguir un acuerdo sobre un convenio colectivo, o sobre determinados aspectos ligados a determinadas estrategias de la empresa. Respecto a esto último, señaló que "si hasta ahora los pilotos tenían participación [en las estrategias], ahora parece que no tiene sentido". Piqué insistió en que esta oferta es la "última y definitiva" porque "se ha llegado al límite de lo razonable", y añadió que continúan las negociaciones.

Piqué contó con la posibilidad de que los pilotos rechacen la oferta sobre la mesa. Si el acuerdo es sólo parcial, "no tendrían por qué mantenerse las condiciones económicas que se ofrecen", señaló. Si el acuerdo es global, pero existen discrepancias en su seno, "se resolverían no en la mesa de negociación, sino en los tribunales", aclaró.

En este aspecto, defendió la creación de "un clima de confianza mutua que no suponga lo que viene sucediendo: que queden temas pendientes que se reabren constantemente y crean problemas con los usuarios del transporte aéreo".

Se prestó para "avalar y garantizar" ese acuerdo global, subrayando que, incluso, lo hace desde el "compromiso personal" para llevar a la compañía a "un horizonte de progreso".

Piqué recordó que la empresa estuvo a punto de cerrar en 1994 por quiebra y que hoy "tiene posibilidades de convertirse en uno de los pocos operadores globales que funcionen en todo el mundo".

Por otro lado, el portavoz del Gobierno manifestó que ve "muy difícil" que se pueda abordar durante esta legislatura la gestión aeroportuaria, debido a que sus socios parlamentarios, en referencia a CIU, "defienden un modelo distinto, basado en la transferencia de la gestión de los aeropuertos".