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Más allá del horizonte

Aún queda un mes para el verano, pero la proximidad del invierno ya está ocasionando la toma de decisiones en la guerra de Yugoslavia. La lógica es aplastante: o los cientos de miles de desplazados albaneses están a salvo en Kosovo antes de que las bajas temperaturas vuelvan a los Balcanes o Estados Unidos y sus aliados acondicionan para el invierno los campamentos de refugiados de Albania y Macedonia. Si la combinación de ataques aéreos y diplomacia no consigue la repatriación con prontitud, la OTAN tendrá que tomar decisiones difíciles, como decidir si va a usar tropas de tierra a finales de año para echar a las tropas serbias de Kosovo. (...) El calendario es inflexible. En octubre o noviembre, el clima de la región es ya muy duro, especialmente en las montañas. Si se quiere que los campos de refugiados estén acondicionados para entonces, el trabajo debe comenzar en junio. Si la OTAN quiere invadir Kosovo antes de que el hielo y la nieve hagan muy difíciles las operaciones militares debe agrupar las tropas, los tanques y las armas ahora. (...) La presencia de una fuerza armada no significa que tenga que actuar, pero su ausencia hace que la amenaza de invasión sea inconsistente.

Debería avanzar también la construcción del alojamiento invernal (...) para cientos de miles de personas, y no se consigue en una noche. Llevar a los albanokosovares a Europa del Este y América puede ayudar, pero no resolverá el problema. Aunque no lo parezca, el momento de las decisiones se acerca.

20 de mayo

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