Uvas, bodegas y fino para la prosperidad

A buen seguro hay gente que no sabe situar a Montilla, incluso puede que lo ubique fuera de Córdoba, pero todo el mundo conoce sus finos. Montilla es uva, bodega y vino. Pese a ello, sorprende analizar la distribución ocupacional de sus habitantes. En torno al 42% se dedica al sector servicios; un 31%, a la industria; y sólo el 27% se gana la vida en el campo. Aunque las cifras parezcan negarlo, la vid mueve la economía local. La media de superficie de las explotaciones agrarias en el término municipal de Montilla es de 2,3 hectáreas por viticultor. La inmensa mayoría de la uva se produce en pequeñas parcelas gestionadas por mano de obra familiar. De ahí el baile de cifras. No es anómalo que el administrativo del banco dedique sus ratos libres a dar una vuelta en la viña. O que, aprovechando la coincidencia de la recolección con las vacaciones de verano, toda la familia participe en la recogida de la uva. Sin embargo, no se puede quitar importancia a la gran cantidad de comercios que hay. Con una población que roza los 22.792 habitantes, Montilla es uno de los núcleos más importantes de la provincia y el pueblo de referencia para el resto de la comarca. Junto al sector servicios, registra una cierta actividad industrial. Según datos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, en la localidad hay 19 bodegas que embotellan y comercializan sus caldos. A ellas hay que sumar otras 46 que elaboran y transforman la uva, aunque finalmente cedan su producto a alguna de las anteriores que asume la comercialización. Una de las carencias principales de Montilla es la falta de polígonos industriales, algo que ha ocupado a las dos últimas corporaciones. Primero al PSOE, ahora a IU. El polígono está a punto de finalizarse, pero nace con un problema: se ha quedado pequeño. Las demandas de los empresarios han cubierto la oferta y ya se piensa en ampliarlo. Junto a la demanda de industria y la creación de empleo, la patata caliente de la campaña electoral la protagoniza el hospital privado construido por la empresa Pascual. El consejero de Salud, José Luis García Arboleya, se comprometió hace dos años a la creación de un hospital del SAS en Montilla. El Ayuntamiento consiguió de un particular la cesión gratuita de los terrenos y recientemente los ha puesto a disposición de la Junta. Entretanto, Pascual ha construido un centro y está pendiente de firmar el concierto con el SAS para abrir sus puertas. Desde el partido gobernante, IU, se solicita a la Junta la concertación con Pascual, sin por ello decaer en su intención de abrir un centro público. El PSOE no ve clara la firma del concierto con la empresa privada y mantiene que el hospital público será realidad lo antes posible. La candidata socialista, Carmen Rubio, se ha desmarcado en cierto modo de ella y pide algún tipo de acuerdo con la Junta, que impida que el hospital ya construido permanezca cerrado. En lo que sí hay coincidencia es en la necesidad de construir la autovía Córdoba-Antequera. Montilla está a 44 kilómetros de la capital. En hora punta el viaje a Córdoba dura más de una hora. Con el ansiado desdoblamiento de la vía, el trayecto no superará los 30 minutos. La nueva carretera es vital ya que, una vez construida, Montilla quedará unida por autovía a las grandes ciudades de su entorno: Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada. El actual alcalde, Antonio Carpio, de IU, tratará de revalidar su victoria. El PSOE acude a las urnas con una nueva candidata, Carmen Rubio. PP y PA repiten con Florencio Luque y Pedro Maya. La Coalición Ciudadana por Montilla, partido creado por el concejal del PP que emigró al grupo mixto, acude por primera vez a unas elecciones. El Ayuntamiento de Montilla siempre ha estado en manos de la izquierda. En 1979, ganó el PCE. Después hubo 12 años de mandato socialista, haciéndose IU con la alcaldía en 1995.