Rusia cree que España está en contra de una operación terrestre en Kosovo
Serguéi Stepashin cree que España, y la mayoría de los países que bombardean Yugoslavia, "están en contra" de lanzar una operación terrestre en Kosovo, que, en su opinión, "pondría todo el proceso de negociación al borde del fracaso". El primer ministro ruso en funciones lo aseguró así ayer en Moscú, al comparecer ante los periodistas junto a José María Aznar, que no le contradijo, aunque la traducción que escuchó fue algo más suave. Poco antes, el presidente del Gobierno español había insistido en la necesidad de agotar la vía negociadora y de desplegar una fuerza internacional de paz.
O fue un malentendido o la conversación a puerta cerrada de los dos dirigentes tuvo más enjundia de lo que parecía en principio. Lo cierto es que, horas antes, en una entrevista concedida a la primera cadena de la televisión rusa, Aznar dijo sobre el mismo tema que no había que descartar ninguna opción, pero que, obviamente, deseaba una solución política.Todas las declaraciones de Aznar pusieron ayer el énfasis en que se entra en una "etapa decisiva para dar un impulso diplomático a la solución de la crisis de Kosovo". No dijo nada, sin embargo, que justificase su optimismo, excepto que hay acuerdo generalizado (con la notable excepción de Belgrado) sobre la fórmula que debe permitir una salida negociada, y que sólo falta por redactar la "letra pequeña". Aznar se entrevistó ayer con el presidente de la Duma, el comunista Guennadi Selezniov; con el primer ministro en funciones, Serguéi Stepashin, y con el representante especial de Borís Yeltsin para los Balcanes, Víktor Chernomirdin.Las palabras de este último no reflejaron que su cita con el jefe del Ejecutivo español hubiera supuesto ningún avance sustancial para que callen las armas. "Si no actuamos de manera decisiva", señaló el exjefe de Gobierno, "lo único que haremos será dar vueltas sin llegar al grano. Hacen falta menos palabras y más acción". Dado que poco antes había pedido el cese inmediato de los bombardeos, cabría entender que lo que quiso decir fue que hace falta más acción política, pero menos militar. Ésa es la posición rusa, aunque sin condicionar la continuidad de su mediación a un alto el fuego aliado.
Por su parte, Aznar destacó que el paso de la vía armada a la diplomática depende de que el presidente serbio, Slobodan Milosevic, acepte los puntos esenciales en los que están de acuerdo la OTAN, Naciones Unidas, la Unión Europea y el Grupo de los Ocho, ya con participación de Rusia. El fundamental es "la retirada de las fuerzas militares, paramilitares y de seguridad de Kosovo". Hasta que eso no ocurra, recalcó, "la Alianza mantendrá sus decisiones estratégicas, de las cuales España es plenamente solidaria".
En la entrevista para la televisión, Aznar había asegurado antes: "Tenemos que terminar lo que tenemos entre manos". Y pronunció la frase que mejor resume la idea de la OTAN de que conviene mantener a toda costa a Moscú ligado al proceso negociador: "Deseamos que Rusia sea parte de la solución, y no del problema". Aznar mostró gran confianza en los esfuerzos diplomáticos en marcha, incluyendo la reunión de hoy en Helsinki entre el presidente finlandés, Martii Ahtisaari; el secretario de Estado adjunto norteamericano, Strobe Talbott, y el propio Chernomirdin, que se mostró dispuesto a volar inmediatamente después a Belgrado junto al mediador finlandés de la UE.
Aznar defendió la conveniencia de garantizar "la integridad territorial" de Yugoslavia y dijo no ser "muy partidario" de dividir Kosovo. "Un despliegue tipo Bosnia", añadió, "podría ser lo más eficaz".
Querella ante el Supremo
Un total de 100 personas, entre las que figuran intelectuales, artistas y abogados integrados en la Asociación Libre de Abogados (ALA), presentaron ayer en el Tribunal Supremo una querella contra Aznar y el ministro de Defensa, Eduardo Serra, por la intervención española en Yugoslavia, informa . La querella está presentada por los delitos de participar en una guerra sin cumplir con lo dispuesto en la Constitución, por delitos que comprometen la paz del Estado, por delitos contra personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado y por malversación impropia de caudales públicos.
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