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OCIODOS TURISTAS MURIERON ATACADOS POR UN TIGRE

Adena pide el cierre del safari de El Verger por la falta de seguridad

La organización Adena (Asociación de Defensa de la Naturaleza) ha solicitado el cierre urgente de la reserva de animales salvajes Safari Park de El Verger (Marina Alta) al entender que carece de las mínimas medidas de seguridad y vigilancia para garantizar la integridad física de los visitantes. En esta reserva falleció el 4 de mayo una pareja de ancianos alemanes al ser atacados por un tigre. Adena también pide a la Administración una nueva normativa para regular este tipo de actividades.

Adena asegura que en 1993 ya denunció ante la Administración autonómica las precarias medidas de seguridad de las instalaciones del safari de El Verger. "Con independencia de que las dos víctimas invadieran la zona de peligro y pese a la presencia de carteles informativos, es obvio que el recinto carece de medidas de seguridad y del sufciente personal de vigilancia, como por ejemplo personas armadas con dardos tranquilizadores, para poder atajar una situación de potencial peligro para las personas que visitan la reserva", comentó ayer al respecto, Miguel Ángel Valladares, portavoz de Adena. En un escrito dirigido al presidente del Gobierno, el ministro de Agricultura y los presidentes de las 17 comunidades autónomas españolas, Adena, aparte de pedir el cierre del safari de El Verger, también solicita la clausura cautelar de todos los centros zoológicos que no cumplan con las mínimas garantías de seguridad, además de solicitar la inmediata aplicación de la directiva de la Unión Europea sobre regulación de núcleos zoológicos y la aprobación de una legislación estricta que regule el funcionamiento de los centros que albergan animales salvajes. Aparte de incidir en las medidas de seguridad, Adena subraya que estas reservas de animales salvajes deberían cumplir las siguientes funciones: educación, es decir, el desarrollo de programas de educación ambiental que fomenten entre los niños el respeto a la vida animal a través de su conocimiento y contacto directo; investigación, o sea, la realización de estudios científicos orientados al análisis de la conducta, nutrición y reproducción de la vida animal; y conservación, esto es, la adscripción a programas internacionales de cría en cautividad de especies amenazadas y la participación en proyectos de conservación sobre el terreno. Por último, la organización Adena insiste en que estos centros de animales salvajes han de hacer compatible la explotación comercial con las anteriores funciones, "pero hay que evitar que el mantenimiento de un negocio vaya en detrimento del bienestar animal y cuya única prioridad es buscar el máximo beneficio económico", comenta Miguel Ángel Valladares.

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