Planes de inversión por 30.000 millones

La refinería de Castellón tiene más de treinta años de vida. Los inicios se remontan a 1964, cuando Exxon y Banesto decidieron invertir 2.100 millones de pesetas para crear Esso Petroleos Españoles, SA. Varios cambios accionariales llevaron al banco a quedarse con el 100% de la firma que se convirtió en Petróleos del Mediterráneo (Petromed). En 1976 Banesto dio paso a nuevos accionistas con la salida a Bolsa de la empresa. A finales de la década de los ochenta se iniciaron los contactos con British Petroleum (BP). En 1991 BP compró el 93% de las acciones, creando una nueva sociedad liderada por BP Oil España. Y así funcionó hasta la segregación de finales del año pasado. Nuevas plantas Las inversiones, programadas por trienios, que se están llevando a cabo alcanzan una cifra de 12.000 millones de pesetas. Para los próximos tres años BP Refinería de Castellón ha planteado unos planes de inversión de alrededor de 30.000 millones. Los proyectos finalizados en los últimos cinco años han supuesto una inversión de 16.000 millones de pesetas. Los de mayor envergadura han sido la planta de isomerización, la de betunes modificados, el cargadero de gases licuados de petróleo, la planta de cogeneración eléctrica, la de recuperación de azufre, la de tratamiento de agua y el logro de un aumento en la capacidad de desulfuración de gasóleos y de capacidad de conversión. El pasado año se iniciaron dos grandes obras: la planta de alquilación, que permitirá la fabricación de un componente de alto valor en la formulación de las gasolinas, y la sala de control con la que se dará cumplimiento a los últimos estándares de seguridad, que aumentarán en las operaciones, y se incorporarán los últimos adelantos tecnológicos en materia de control de procesos. La sala, además, es resistente a cualquier tipo de explosión. En fase de diseño y como más inmediatas mejoras se encuentran la planta de hidrógeno y el fraccionador de nafta, que pretende la mejora en la separación de componentes para incrementar la producción de gasolina sin plomo, a la vez que se separan los productos precursores de beceno, componente indeseable en la formulación de gasolinas.