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Un helicóptero de la Guardia Civil guió a una ambulancia

La donación de órganos exige que los donantes hayan fallecido en el hospital; no sirven aquéllos que, por ejemplo, fallecen de forma instantánea, durante un accidente de tráfico. Una vez que se produce la muerte clínica, se avisa a los familiares para que den su consentimiento y, simultáneamente, el coordinador de transplantes del hospital avisa a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que luego se pone en contacto con los hospitales de los que dependen los receptores.Un solo donante puede llegar a movilizar a un centenar de personas. Distintos equipos quirúrgicos y de coordinación, técnicos y auxiliares, y hasta la Policía Local y la Guardia Civil llegan a intervenir cada vez que hay que trasladar órganos.

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250 personas hicieron posible trasplantar los órganos de tres fallecidos a 13 enfermos

Así ocurrió el pasado lunes a las once de la mañana, cuando la Guardia Civil tuvo que guiar desde el aire, mediante megafonía, a la ambulancia que trasladaba un corazón al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Lo ocurrido ese día en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz -tres donantes simultáneos para 13 receptores- es algo frecuente en Andalucía. La comunidad andaluza es, en lo que va de año, la que más ha incrementado el número de donaciones; al mismo tiempo siguen disminuyendo las negativas familiares. Los últimos datos hablan de que sólo se niegan ya a donar órganos 28 familias andaluzas de cada 100. El pasado 25 de marzo, Andalucía alcanzó una cifra récord de donaciones al coincidir cinco donantes.

Los niños primero

La urgencia cero, cuando el paciente ya no puede esperar más, es la primera condición para decidir un trasplante. La ONT decide, de acuerdo con su banco de datos, quién es el posible receptor. Si no hubiese ningún paciente en este nivel de urgencia, los órganos se quedan en el área hospitalaria en la que se han producido las donaciones.Mientras que el corazón, el hígado o los pulmones se distribuyen entre los distintos hospitales de la comunidad autónoma, los riñones siempre se quedan en el hospital donde han sido extraídos, salvo que haya niños en otras ciudades que los necesiten. Los niños siempre tienen prioridad a la hora de programar un trasplante.

Al realizar una operación de este tipo, el tiempo es fundamental. Un corazón no resiste, desde que se extrae del donante hasta que se implanta en el receptor, más de seis horas. En cambio, el hígado puede vivir sin sufrir daños entre 12 y 14 horas. Los riñones pueden esperar a ser trasplantados hasta 48 horas; las córneas, en cambio, pueden conservarse en perfecto estado una semana.

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