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Entrevista:VICENTE FERRERPRÍNCIPE DE ASTURIAS DE CONCORDIA 98

"A cambio de la ayuda, el Tercer Mundo da felicidad"

Desde un humilde despacho controla proyectos de desarrollo en el Estado indio de Andhra Pradesh, de los que depende directamente la supervivencia de un millón de personas e indirectamente otras tantas. A través de sus iniciativas de apadrinamiento, llegarán este año a esas comunidades 1.600 millones de pesetas para mantener a unos 50.000 niños y niñas. Son los datos que aportan los colaboradores de Vicente Ferrer sobre su trabajo en la India, que le hizo merecedor el pasado año del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. El discurso de Ferrer, en cambio, está cargado de espiritualidad. Catalán, de 78 años, este ex jesuita, ha visitado esta semana el País Vasco para conseguir ayudas en favor de su fundación. Pregunta. ¿Cree que los mensajes de solidaridad son adecuados para recabar apoyos para el Tercer Mundo o son más eficaces unas imágenes en televisión? Respuesta. En principio estamos obligados, pero no por fuerza, sino por nuestro corazón, a amar a otros. Es la compasión, el espontáneo amor que tenemos que tiene la suerte de transmitirse. Puede entrar el cansancio a la gente por oír siempre la misma canción y entra entonces una desesperanza. ¿Cómo podemos vencerlo? Nosotros tenemos el sistema de apadrinamiento, que conecta una familia en España con una familia en la India a través de uno de los hijos. Esto mantiene la compasión siempre viva y a largo plazo. Pese a todo hay intentos de ir en contra de este sistema. P. ¿Intentos de quién? R. Organizaciones que les molesta un poco el sistema de apadrinamiento. Son organizaciones que sólo se nutren de subvenciones y tienen una inestabilidad muy grande. El apadrinamiento, en cambio, es el acto puro de bondad. No conoces a la persona que ayudas, es un ideal. Con la ventaja de que puedes ir a verle. P. Por el precio de un pasaje de avión a India, usted puede mantener a muchos niños. R. Claro, pero hay gente que quiere ir a la India con apadrinamiento o sin él. Les decimos "venid a la India y pasad a conocer al niño que apadrináis". P. ¿Qué puede dar el Tercer Mundo a cambio de la ayuda? R. Le puede dar felicidad. Sí, felicidad porque la mitad de tu vida está representada por hacer el bien. Cuando tú ayudas al Tercer Mundo, te da a cambio tu sentido de la vida. Nuestras vidas se componen del amor a nosotros mismos y el amor a los demás. A cambio de la ayuda nos devuelven algo precioso: la oportunidad de que nos realicemos, de ser más felices. P. ¿Qué le parece el trabajo de otras organizaciones no gubernamentales? R. Los grupos voluntarios deben tomar conciencia de la responsabilidad que tienen, no se pueden quedar interviniendo esporádicamente. Primero, deben tener un alma, nacer de los ideales, y después ser un organismo efectivo. El futuro pasa por que se convezcan de su potencial y de que han de intervenir en el mundo con efectividad. Si piensan en pequeño, vamos mal. P. ¿Qué les recomienda para lograrlo? R. Que los organismos voluntarios reflexionemos. ¿Estamos realizando todo lo que podemos? ¿Tenemos el deber de actuar en el mundo a un nivel más grande? P. ¿Cuáles son sus respuestas para ello? R. Mi respuesta es que sí. P. ¿Qué opina de las camapañas del 0,7%? R. Como no soy economista no lo puedo calcular, pero el concepto es perfecto. Debe crecer y, sobre todo, formar parte de la arquitectura política del Gobierno. Debe entrar en la ley, en la Constitución misma, no como caridad, sino como un acto de construcción del mundo.

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