Yeltsin nombra primer ministro a un 'duro' y amenaza con dejar de mediar en Kosovo

El presidente ruso, Borís Yeltsin, sembró ayer el desconcierto con la fulminante destitución del primer ministro, Yevgueni Primakov, y de todos los componentes de su Gobierno, a los que reprochó su incompetencia para sacar al país del desastre económico. Primakov fue sustituido por Serguéi Stepashin, de 47 años, ministro del Interior y jefe de unas poderosas fuerzas de seguridad (cientos de miles de soldados y un millón de policías) con las que ya ganó fama de dureza en la violenta represión del levantamiento independentista en Chechenia entre 1994 y 1996. La decisión de Yeltsin sorprendió a Europa. El presidente ruso amenazó además con abandonar su papel de mediador en la guerra de Yugoslavia si la OTAN no responde pronto a las iniciativas de Moscú.

El nombramiento de Stepashin, que tiene el grado de coronel general y es un fiel aliado de Yeltsin, pero un pésimo interlocutor con el Parlamento (Duma), anticipa una crisis institucional de imprevisibles consecuencias. La Duma, que ya pidió ayer la renuncia de Yeltsin, comenzará hoy el proceso de destitución del presidente. Ese proceso es largo, pero en su recorrido aparecerán síntomas de vacío de poder. La guerra entre el Kremlin y la Duma tendrá otros frentes. El primero es el debate sobre la confirmación del nuevo primer ministro. Yeltsin debe disolver la Duma si Stepashin es rechazado en tres votaciones, lo que parece probable, pero en teoría no podrá hacerlo si antes se da luz verde a su destitución. El segundo anuncio del Kremlin no fue menos preocupante. "Yeltsin advierte de que Rusia retirará su cooperación en las negociaciones si sus propuestas y sus esfuerzos de mediación en el conflicto de Kosovo siguen siendo ignorados", dijo un portavoz.