Puértolas admite muchas influencias del cine en su literatura

Cuando escribe, ve las escenas y los personajes. Por ello, Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) reconoce muchas influencias cinematográficas en su literatura, especialmente procedentes de directores de la nueva ola francesa como Truffaut, Rohmer y Malle. La escritora presentó ayer La señora Berg (Anagrama), una historia de amor entre un adolescente y una mujer madura.

No en vano le gusta a Soledad Puértolas cierto cine francés y muestra su predilección por autores como Anton Chéjov, porque la novelista declara su opción por "historias aparentemente sencillas, historias sobre los sentimientos". También confiesa admiración la escritora, por un personaje como Philip Marlowe, el famoso detective creado por Raymond Chandler. "Me gustan esos tipos individualistas y sin ideología que investigan y observan a los demás", señala.El que observa a los demás en La señora Berg, la última novela de Puértolas, es un tal Mario que se enamora siendo adolescente de la madre de su mejor amigo, la vecina de enfrente. "Ella es la más elegante del vecindario, la mujer más admirada del barrio, que no es otro que Chamberí, la zona de Madrid donde viví muchos años", manifestó Puértolas.

La novelista precisó que la historia no es autobiográfica, aunque explicó que no hubiera podido escribir La señora Berg sin la referencia de su madre, que falleció hace unos meses y a quien Puértolas dedica el libro. Jorge Herralde, responsable de Anagrama, calificó La señora Berg como "la mejor novela" de Puértolas, una escritora que debutó en 1980 con El bandido doblemente armado y que desde aquella fecha ha publicado narrativa, cuentos y ensayo, al tiempo que colabora regularmente en la prensa. "A mí me resulta imposible opinar sobre mi novela", concluyó la novelista.