Cercedilla
Redacto estas líneas en respuesta a las publicadas el día 25 de abril, en esta misma sección, firmadas por doña Almudena Cifuentes, a través de las que, expresamente, soy aludido y vilipendiado, tanto a título personal como en mi condición actual de alcalde de Cercedilla.Con el fin de situar a cada uno (yo ya lo estoy), debo aclarar que doña Almudena es propietaria, junto con su esposo, de una empresa constructora y promotora que, reiteradamente, ha realizado importantes infracciones urbanísticas en Cercedilla, habiendo dado lugar a la incoación de los respectivos expedientes sancionadores y, en la actualidad, mantiene pleitos en vía contencioso-administrativa contra el Ayuntamiento. En el ámbito político, solamente indicar que ha sido, hasta hace unos días, miembro de la Junta Directiva de ARCE, grupo político local del que soy cabeza visible.
Por enésima vez, aunque creo que no será la última, informo a cuantos estén interesados que el proyecto de revisión de las Normas Subsidiarias de Cercedilla, que datan de 1984, lleva en gestión ocho años, sin haber sido posible, hasta el momento, alcanzar un acuerdo viable, a pesar de los esfuerzos realizados. En su última redacción se prevé un desarrollo turístico sostenible sobre la base de la posible creación de zonas hoteleras en todo el término municipal, en contraposición a la situación actual, que sólo las autoriza en el casco antiguo; es decir, donde son prácticamente irrealizables como lo demuestra la experiencia de los últimos 14 años.
Es absolutamente tendencioso seguir manifestando que este alcalde pretende urbanizar el valle de la Fuenfría y, más aún, limitarlo a su margen izquierda. Tales falsedades insidiosas son fácilmente contrastables con la lectura del proyecto, que se encuentra a disposición de quienes estén interesados en conocer la verdad. Y no me consuelan los comentarios de aquellos que dicen que "en campaña política todo es admisible". En primer lugar, porque este alcalde no se presenta a la reelección y, además, porque una campaña política local no puede atentar contra el prestigio personal de ningún vecino mediante la divulgación de datos, propuestas o actuaciones rigurosamente falsos. La expresión "calumnia, que algo queda" es, por desgracia, cierta, pero inadmisible y denunciable.
Un alcalde tiene la obligación de proyectar el futuro de su pueblo y someterlo a todo tipo de información pública y procesos de autorización, que en urbanismo son muchos y complejos. Por ello, consciente del retroceso turístico de Cercedilla, que es su principal fuente de ingresos, se ha elaborado una propuesta para estudiar la posible autorización de construir hoteles turísticos de montaña en todo el término municipal, limitándola en el caso del valle de la Fuenfría a la zona urbana ya consolidada (nunca en el pinar, como se intenta hacer creer). Todo ello bajo criterios de total respeto al medio ambiente, estricto cumplimiento de normas estéticas y limitadísima capacidad de construcción en superficie y volumen.
Por último, debo desmentir la afirmación, por falsa, de que sea imposible realizar proyectos urbanísticos. En los últimos tres años han sido solicitadas 120 licencias de obra mayor, de las que han sido autorizadas 113, denegadas tres (precisamente una de ellas a la empresa propiedad de doña Almudena y su esposo) y en tramitación cuatro. Los únicos proyectos que no se pueden realizar son los que incumplen las normas vigentes, en aplicación de una política diaria de legalidad que contrasta con la que se aplicaba en legislaturas anteriores y de la que se beneficiaban algunos promotores sin escrúpulos, en detrimento del urbanismo general de Cercedilla.- Alcalde de Cercedilla,
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