La gratitud del autodidacta hacia el conocimiento universitario
"La importancia de la universidad es enorme. El hecho de que yo no haya estudiado nunca en una universidad, aunque parezca una paradoja, me da toda la autoridad moral para decirlo". Con esta declaración de principios José Saramago resumía ayer la importancia que para él supone que una universidad más, en este caso, la Politécnica de Valencia, le entregue el doctorado honoris causa, sobre todo a un hombre de letras. "Hay dos detalles en el reconocimiento a mi trabajo que quiero resaltar", precisó el escritor portugués. El primero se refiere al hecho de que la confirmación de la investidura llegó antes de que la academia sueca le diera el Nobel de Literatura, en octubre de 1998. El segundo aspecto que destacó fue el hecho de que una Universidad Politécnica reconozca que "las Humanidades tienen cabida en una universidad como ésta". Para Saramago, "no hay una separación entre la escritura literaria y la técnica". Por contra, el escritor portugués le auguró "una larga vida al libro" y pidió que no se le enfrente a las nuevas tecnologías como el audiovisual. Aunque reivindicó para el texto impreso un lugar que nunca podrá suplir un ordenador. "Sobre la página de un libro se puede llorar, pero no sobre el disco duro de una computadora". El escritor portugués afincado en Lanzarote, en un Atlántico que comparte aguas con Portugal, afirmó que "la Unión Europea" ha hecho más por terminar con la secular distancia que España siempre ha tenido con su país vecino que cualquier otro empeño y cuestionó la operación bélica de la OTAN en Yugoslavia, que, dijo, está al servicio "del Pentágono y de los intereses imperialistas de Estados Unidos". Saramago estuvo arropado ayer durante la ceremonia por un amplio abanico de políticos, dirigentes e intelectuales de izquierda como el ex alcalde socialista Ricardo Pérez Casado; la portavoz del grupo parlamentario de Esquerra Unida, Glòria Marcos; el diputado autonómico de Nova Esquerra, Albert Taberner; la candidata socialista a la alcaldía de Valencia, Ana Noguera; así como los ex dirigentes del Partido Comunista, Antonio Palomares, y de CC OO, Antonio Montalbán, de conocida trayectoria comunista. Además de la presencia del rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, en la mesa presidencial junto al consejero de Educación, Manuel Tarancón, asistieron el presidente Zaplana, y el presidente de la CEV y del consejo social de la Politécnica, Rafael Ferrando. Sólo la alcaldesa, la popular Rita Barberá, faltó a la cita con Saramago, aunque no le faltó tiempo para recibir a la folclórica Carmen Sevilla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.