El presidente italiano pide que se detengan los bombardeos

La creciente incomodidad de las autoridades italianas con los últimos bombardeos sobre objetivos civiles de la OTAN en Yugoslavia quedó ayer patente en las declaraciones hechas en Macedonia por el presidente de la República italiana, Oscar Luigi Scalfaro. Tras visitar los campos de refugiados y entrevistarse con el presidente de la república balcánica, Kiro Gligorov, en Skopje, Scalfaro dijo que "es necesario detener los bombardeos, porque nos preocupa mucho ver que los ataques parecen descartar objetivos militares y dirigirse a objetivos civiles". Para añadir, a renglón seguido: "Lo decimos con mucho respeto y solidaridad hacia nuestros aliados. Pero no consideramos que la alianza significa que manda uno solo y los otros dicen sí acríticamente".El presidente italiano, de 82 años de edad, a punto de abandonar el Quirinal tras haber cumplido los preceptivos siete años como jefe del Estado, se ha pronunciado en anteriores ocasiones en contra de los bombardeos, aunque nunca con palabras tan duras. La postura de Scalfaro refleja una creciente oposición de la opinión pública italiana a las acciones de castigo de la OTAN. Los sondeos registraron la pasada semana una caída de más de siete puntos en el apoyo de los ciudadanos a los bombardeos, comparados con datos de finales de abril. Según el instituto de encuestas ISPO, sólo un tercio de los italianos (35,4%) consultados durante el fin de semana considera justificados los bombardeos sobre Yugoslavia, "dadas las circunstancias".

La fatiga de los ciudadanos se ha agravado por sucesos como el ataque a la Embajada china en Belgrado. El primer ministro, Massimo D"Alema, que ha visto parcialmente anulado por el bombardeo a la Embajada china el esfuerzo diplomático de su Gabinete, que trajo a Roma la semana pasada al líder moderado de Kosovo Ibrahim Rugova, pidió ayer "una investigación rigurosa de la Alianza Atlántica sobre las circunstancias" que han llevado al bombardeo de la sede diplomática.