_
_
_
_
Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alma de luz

A sus 57 años, Cesaria Evora está más para coladeiras que para mornas: más propensa a la alegría que a lo melancólico. Aunque el lirismo nostálgico de las mornas de Cabo Verde ocupa siempre un lugar importante en el repertorio de esta cantante única. Por más que se haya dicho y escrito, conviene insistir: tiene una de esas voces capaces de penetrar el alma.Su canto es auténtico como el de Billie Holiday, Elis Regina o Edith Piaf. Quien no se estremece al oírla en Mar azul, o está sordo o no tiene sentimientos. Jamás había sonado así la banda que la acompaña.

A las cuerdas punteadas (guitarras, bajo y cavaquinho) y percutidas (piano) se añaden dos violines y un chelo procedentes de La Habana. Tanto en su nuevo disco, Café Atlántico, como en concierto, la reciente hermandad cubanoverdiana se revela estimulante: Beijo de longe se viste de danzón, y Amor di mundo, obra también de Teófilo Chantre, es una canción luminosa hasta en el día más gris.

Cesaria Evora

Cesaria Evora . Nando Andrade (piano), Antonio Domingo Fernandes (saxos y percusión), João Pina y Aderito Pontes (guitarras), Antonio Pina (cavaquinho), Julián Corrales y Leonel Bermúdez (violines), Daniel Rodríguez (chelo), Virgilio Duarte (bajo) y Carlos Monteiro (batería). Palacio de Exposiciones y Congresos. Madrid, 6 de mayo.

Qué diferencia entre aquella primera Cesaria Evora que actuó en Madrid hace casi seis años y la de ahora. Su rostro brilla. Presentó a los músicos con gesto falsamente displicente, justo antes de sentarse. Escenografía conocida: mesita con mantel negro, lámpara de mesa encendida y un vaso lleno. No de whisky o aguardiente, sino de agua mineral. Tampoco hay rastro del paquete de rubio americano.

Cesaria Evora ya no fuma ni bebe. Eso sí, continúa cantando descalza: no cedió ni cuando la invitaban a cantar en las casas de los isleños pudientes; los que la menospreciaban, pese a no poder evitar que su voz les conmoviera. Una iluminación tenue, con atmósfera de garito portuario: de una isla, en tiempos de esplendor, escala de barcos camino de Brasil o el continente africano, y refugio de marinos de pasaportes diversos, nos llegó un día Cesaria Evora. Allí nunca faltó la música y escuchaban de todo: fado, samba, blues...

De Nat King Cole, ella aprendió a cantar María Elena, cuya versión en directo fue muy superior a la grabada. Aún más entrañable en Bésame mucho, el bolero de la mexicana Consuelo Velázquez, sobre fondo caboverdiano de guitarras y cavaquinho. Fue un regalo: justo después de haber esbozado unos graciosos pasitos de baile.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_