Pujol anuncia su comparecencia ante la comisión de autogobierno

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los pasillos del Parlament fueron ayer un hervidero de intervenciones sobre el fiasco de la comisión para la mejora del autogobierno, tras el abandono del Partido Popular y la publicación del informe en este sentido que aprobó anteayer el Ejecutivo de CiU. La incógnita de la comisión radicaba en saber si al final Jordi Pujol accedería o no a comparecer ante los parlamentarios. El presidente despejó el interrogante y pronunció el ansiado sí. En 19 años al frente de la Generalitat, será la segunda vez que Pujol intervenga en una comisión. La última vez fue en febrero de 1997 ante la de seguimiento de la Unión Europea. Como el propio presidente reconoció, "se trata de un hecho excepcional". Pese a aceptar la invitación, Pujol limitó su comparecencia a explicar su proyecto y no a hacer un balance de gestión tal como pretenden algunos grupos parlamentarios. La forma en que se ha pedido la comparecencia del presidente despertó ayer los recelos y críticas de la oposición. Sobre todo por cómo ha actuado el presidente de la comisión, el independentista Josep Lluís Carod-Rovira. El protocolo marca que las relaciones con el presidente de la Generalitat corresponden exclusivamente al presidente del Parlament, Joan Reventós, y en ningún caso a Carod-Rovira. El secretario general de ERC se comunicó dos veces el martes con Pujol para interesarse sobre su disposición a comparecer ante la comisión. El contenido del documento que Pujol explicará ante la Cámara catalana no satisfizo ayer a ningún grupo de la oposición. Al contrario, se acusó al presidente de "menosprecio, desconsideración y descortesía" por haber filtrado el informe a la prensa antes que presentarlo en la comisión. El contenido le pareció a la oposición simplemente "electoralista". El PSC e IC-V coincidieron en afirmar que la comisión ha "quedado más tocada de lo que ya estaba" y Jordi Guillot, portavoz de IC, afirmó que estaba "agónica". Las propuestas que incluye el informe le sirvieron al portavoz del PP, Josep Curto, para complementar su interpelación a Pujol. Curto le interrogó sobre los apoyos políticos que aspira obtener para aprobar estas reivindicaciones y le acusó de radicalizar sus planteamientos políticos con el objetivo de "convertir Cataluña en un latifundio donde usted [Pujol] ocupe el virreinato". Además le dijo que sufría una "codicia devoradora" cuando el Gobierno central había cumplido todos los acuerdos del pacto de investidura de José María Aznar Las iras del presidente La intervención del portavoz popular despertó las iras del presidente. Primero Pujol recomendó a Curto que busque en el diccionario el significado de la palabra "radicalización", que en ningún caso, a su juicio, puede calificar sus planteamientos nacionalistas, que "son perfectamente constitucionales". Segundo, insinuó que en la próxima legislatura habrá una mayoría nacionalista suficiente que respalde el documento de CiU para el incremento del autogobierno de Cataluña. Sobre el pacto de gobernabilidad con el PP, el líder catalán dio la razón a Curto, pero a continuación añadió: "Es verdad que Aznar ha cumplido, pero eso no significa que no se pueda firmar otro". El socialista Joaquim Nadal calificó los acuerdos entre CiU y el PP de "mal fundados porque al final no se ha conseguido nada".