Cerca de 7.000 personas inundan Torreblanca para participar en la "Festa per la Llengua"

Medio centenar de colegios de la provincia de Castellón participaron ayer en la 12ª edición de la Festa per la llengua, que logró concentrar a cerca de 7.000 personas en Torreblanca, unidas, como no se cansaron de recordar los organizadores, en la defensa del valenciano. Según aseguró Vicent Romans, presidente de la Federació Escola Valenciana, este objetivo, en el momento que se acaben los actos en toda la Comunidad, habrá contado con la participación de cerca de 200.000 personas, cantidad "que ninguna otra fuerza, ni política, ni sindical es capaz de aglutinar".

Con la ausencia de cualquier tipo de representación de la Consejería de Educación, las intervenciones de los organizadores fueron críticas con el Consell de la Generalitat. Pese a que todos coincidieron en señalar que la enseñanza en valenciano ya es algo "irreversible", también subrayaron el peligro de que las trabas institucionales supongan un estancamiento de la misma. "Estamos sufriendo un boicot", dijo el representante de los Col.lectius per la Llengua i la Cultura de Castelló, Nacho Badenes. De hecho, el propio Badenes apuntó a que "existe un estancamiento en enseñanza primaria y un retroceso en secundaria", debido a la falta de información que "o no llega a los padres o lo hace de forma insuficiente" y, en algunos casos, a la "desagradable sorpresa de encontrarse con que no existe oferta". Nacho Badenes, quien recordó que hace doce años sólo eran cuatro escuelas las que reivindicaban la enseñanza en valenciano, mantuvo que el crecimiento fue posible "porque los padres contaron con información sobre sus ventajas y su demanda fue oída". Ésta es "la mejor opción posible", dijo. Una puerta cerrada Vicent Romans intervino en la misma línea y afirmó que "hay muchas puertas abiertas pero una cerrada", en referencia al Gobierno de Eduardo Zaplana, "que pasa", según afirmó, a lo que añadió que "somos muchos más de los que ellos creen". La festa contó también con las intervenciones del alcalde de Torreblanca, Josep Maria Pañella, y del rector de la Unviersidad Jaume I, Fernando Romero, quien anunció que la Festa per la llengua del 2000 se celebrará en dicha institución universitaria. Desde las 10 de la mañana hasta más allá del mediodía los representantes de los centros escolares crearon, con los escasos medios que suponen una tabla y dos caballetes y, eso sí, la imaginación, un reguero de talleres, con los que provocaron la participación activa de todos los asistentes. Hubo gastronomía, papiroflexia, barro y un sinfín de manualidades, hasta la elaboración de un periódico Garbí, con vocación de continuidad. Los escolares también tuvieron la oportunidad de ser protagonistas de un botafocs o de la confección de su propio catxirulo. La mañana contó además con las actuaciones de Saüc, el Grup de Dolçaina i Tabals DIT y la banda municipal torreblanquina. Sin embargo, Torreblanca ya había comenzado la fiesta el pasado viernes con la actuación de Lluís Llach y, el sábado, con la de los grupos de rock catalán Bajoqueta Roc y Sopa de Cabra.