_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Derechos de autor

En otoño de 1996, pocos meses después del triunfo del PP en las elecciones generales, se planteó la negociación de un nuevo sistema de financiación autonómica sobre la base de las demandas de los nacionalistas catalanes de ceder el 30% del IRPF. En esa negociación, la Junta de Andalucía presentó una propuesta en la que se pedía que, en lugar de pivotar todo el sistema sobre el IRPF, se acudiese a una "cesta de tributos", incluyendo una participación en los ingresos por impuestos sobre el consumo y la cesión de algunos impuestos especiales como, por ejemplo, el de matriculación de vehículos. En esa fecha, cualquier alternativa que no fuese la del pacto PP-CiU era considerada poco menos que una "estupidez" y, por supuesto, una agresión a la gobernabilidad, ya que jamás sería aceptada por el nacionalismo catalán. Tal fue el empecinamiento del Gobierno que prefirió maltratar financieramente a Andalucía, antes que reconocer que el sistema era un globo que se deshincharía y que necesitaría de una corrección inmediata. Tan evidente era lo desastroso del sistema, que antes de que se liquidara el primer año de su vigencia hubo que cambiarse porque las comunidades firmantes estaban perdiendo cantidades ingentes de recursos. Se le puso el "parche" y hasta hoy. No obstante, lo más curioso es que el presidente de la Comunidad Valenciana, beligerante defensor del IRPF, ahora se lanza a la campaña electoral con la cesta de tributos y la cesión de impuestos especiales. Aunque para no decir que se ha equivocado mete la cuña de "más IRPF". O sea, que reconoce que era mucho más correcta y deseable la propuesta que presentó Magdalena Álvarez en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que la que Valencia defendió tan avivadamente y que llevó a que Fraga tuviese que ordenar la retirada de los recursos de inconstitucionalidad que interpuso a la participación del 15% de IRPF que se aprobó en el anterior sistema. La verdad es que en 1996 los presidentes de las comunidades gobernadas por el PP hicieron un pan como una rosca y la lástima es que Andalucía no pudiese patentar su propuesta porque ahora podríamos cobrarles derechos de autor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_